Ramón Santaularia
Atenas, 6 may (EFE).- El Parlamento de Grecia aprobó hoy un duro
plan de ahorro para reducir el déficit fiscal y arreglar las
maltrechas finanzas que permita al país heleno obtener un paquete de
ayuda exterior multimillonario, plan que ha sido rechazado por
amplias capas de la población.
El gobernante Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok), con una
cómoda mayoría absoluta, obtuvo la luz verde para este programa de
tres años con una aplicación inmediata e incluso con efecto
retroactivo en algunos casos.
Pero ante las puertas del hemiciclo unas 20.000 personas
protestaban, por segundo día consecutivo, contra este plan que
comportará una pérdida considerable de la calidad de vida para
muchos de los 11 millones de griegos.
El programa, aprobado por 172 diputados a favor, 121 en contra y
tres abstenciones, además de cuatro ausencias, prevé ahorrar 30.000
millones de euros en tres años y rebajar el déficit público del
actual 13,6 por ciento del PIB a menos del 3 por ciento fijado por
el Tratado de Maastricht para la eurozona.
Abarca duros recortes salariales y de las jubilaciones, tanto en
el sector privado como el público, y congelará las nuevas
contrataciones de funcionarios en los próximos tres años.
Hasta la fecha ya se ha aplicado el aumento de 10 puntos de los
impuestos sobre el tabaco, el alcohol y la gasolina, además de una
subida del IVA, un incremento de la edad de jubilación y la
flexibilización de los despidos.
El trámite parlamentario exige la aprobación por tramos del
borrador aprobado, lo que puede prolongarse hasta la medianoche de
hoy.
Pero se da por seguro que el Pasok no encontrará oposición a la
aprobación definitiva debido a su mayoría absoluta en la Cámara.
El progreso en la aplicación del plan será supervisado por un
consejo de vigilancia, en el que participarán expertos del FMI, del
Banco Central Europeo (BCE) y de la Comisión Europea (CE), los tres
organismos que conceden la asistencia.
Este importe servirá, entre otros objetivos, para cubrir el pago
de la deuda griega, que con 273.000 millones de euros, supera el 115
por ciento del PIB.
El vencimiento más inmediato de bonos griegos es el próximo 19 de
mayo, cuando Atenas debe satisfacer unos 9.000 millones de euro, de
los que no dispone.
El primer informe sobre el cumplimiento del plan de austeridad se
presentará en junio y de sus resultados dependerá que prosiga el
flujo de la ayuda exterior, de 80.000 millones de euros del
Eurogrupo y 30.000 millones de euros del FMI.
El debate parlamentario de hoy se vio empañado por la muerte de
de tres personas ayer en un incendio provocado por manifestantes en
una sucursal bancaria en Atenas, durante una multitudinaria huelga
general de 24 horas convocada por los sindicatos mayoritarios.
El primer ministro heleno, Yorgos Papandréu, dijo ante el pleno
parlamentario que "ni la violencia ni las piedras nos sacarán de la
recesión, sino que nos crearán un mayor problema".
También subrayó la necesidad de aislar a los violentos, aunque no
se esté de acuerdo con el Gobierno, y afirmó entender la rabia que
produce la tragedia por la irresponsabilidad y la rapiña que salen a
la luz cada día, en alusión a lo que calificó de deficiente gestión
económica heredada del anterior Gobierno conservador en octubre de
2009.
"No pediríamos ahora sacrificios si no hubiera precedido tal
rapiña", declaró Papandréu, tras reconocer que "todos los que
gobernaron Grecia tienen la culpa de la situación actual".
Entre ellos estaba su propio padre, Andreas, que gobernó entre
1981 hasta 1996, con interrupciones, y que abrió generosamente el
grifo del Estado de bienestar a los griegos.
Yannis Stournaras, conocido economista griego y director de la
Fundación de investigación económica e industrial (IOBE), explicó
hoy a Efe que el programa en ciernes y el paquete de rescate son la
única alternativa viable para Grecia y no la declaración de
bancarrota estatal, aunque el precio social que pagar será alto.
La reacción generalizada de rechazo a las medidas de ahorro en
Atenas y otras ciudades se ha hecho patente desde hace semanas con
protestas y huelgas, que ayer paralizaron muchos servicios públicos,
incluido el tráfico aéreo, marítimos y ferroviario. EFE
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