Pekín, 2 abr (EFE).- La peor sequía en un siglo que sufre el
suroeste de China, y que afecta a unos 60 millones de personas, pone
en entredicho el faraónico proyecto hidrológico que pretende China
para abastecer las metrópolis del norte y este del país, según
publicó hoy el periódico oficial "Global Times".
El Proyecto de Desviación de Aguas Sur-Norte, que se empezó a
elaborar en 2002 y cuyo coste se calcula en 62.000 millones de
dólares (44.000 millones de euros), pretende canalizar agua desde
los ríos Yangtsé y Amarillo hacia las zonas urbanas litorales del
país.
Sin embargo, la falta de lluvias en zonas con una pluviometría
tradicionalmente elevada ha provocado que se eleven voces alertando
contra la viabilidad del proyecto, que podría alargar y empeorar los
efectos de la escasez.
"La severa sequía que azota el suroeste de China puede ocurrir
otra vez una vez la ruta (de canalización) del proyecto esté
terminada. Si tanto el sur como el norte están sedientos de agua en
ese momento, ¿cómo puede asegurarse el suministro de agua para
ambos?", expuso Yang Yong, de la Fundación para el Control de la
Desertificación de China.
Así, por ejemplo, la zona noreste de China concentra el 35 por
ciento de la población mientras que sólo goza del 7 por ciento de
los recursos hídricos.
Por su parte, el suroeste del país sufre una grave sequía desde
hace varios meses, que ha arruinado cosechas de productos vitales
para la economía china, como el té, y ha reducido sensiblemente el
caudal de grandes ríos como el Mekong o el Yangtsé.
Millones de personas y cabezas de ganado padecen escasez de agua
potable, y el país asiático -tanto Gobierno central como empresas y
organizaciones sociales- han comenzado a destinar partidas de ayuda
humanitaria a los afectados. EFE