Washington, 24 abr (EFE).- La vicepresidenta segunda del Gobierno
y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, alertó hoy en el
FMI de que la recuperación mundial podría ralentizarse una vez que
se retiren las políticas de estímulo.
Salgado habló en nombre de la Unión Europea, pues España ocupa
actualmente la presidencia semestral rotativa, ante el Comité
Monetario y Financiero Internacional, el principal órgano asesor del
Fondo Monetario Internacional (FMI).
La ministra no se refirió a la situación en Grecia, que pasa por
una crisis fiscal, pero enfatizó que todos los países europeos deben
apretarse el cinturón y retirar los programas de estímulo fiscal
"como tarde en 2011".
"Los últimos acontecimientos demuestran la necesidad de
fortalecer y complementar el marco existente para garantizar una
situación fiscal sostenible en la zona euro", dijo Salgado en su
discurso, distribuido a la prensa en inglés.
Salgado afirmó que el ajuste fiscal debe ser "ambicioso" y
advirtió de que mantener la actual expansión presupuestaria durante
demasiado tiempo podría hacer "insostenible" el nivel de deuda en
Europa.
La retirada de esos programas, así como de la política de dinero
barato en los países ricos, tendrá un impacto sobre la recuperación,
reconoció la ministra.
"La economía mundial podría experimentar otro período de
debilidad una vez que los estímulos fiscal y monetario sean
suprimidos", advirtió Salgado.
La ministra manifestó cierto optimismo con respecto al repunte de
la economía europea, pero enfatizó que la inversión sigue "débil" y
el mercado de trabajo continúa sin recuperarse.
El FMI prevé que la zona euro crezca un 1 por ciento este año y
un 1,5 por ciento el que viene, lo que la sitúa a la cola de la
recuperación mundial.
En su discurso, Salgado expresó el apoyo de la Unión Europea a la
redistribución del poder en el seno del Fondo para reflejar mejor el
peso de los países miembros en la economía mundial.
El G-20 respalda una transferencia del voto "para los mercados
emergentes dinámicos y los países en desarrollo de por los menos el
5 por ciento de los países sobre-representados a los países
infrarepresentados".
Salgado enfatizó que los países ricos infrarepresentados también
deberían beneficiarse con el cambio, en lugar de que el aumento de
voto se restrinja a las naciones en desarrollo.
La última reforma otorgó a España el 1,6 del poder de voto en el
FMI, pero ese porcentaje es aún inferior al peso de su economía en
el mundo, por lo que el gobierno aspira a ganar con la nueva
re-distribución.
Aunque el G-20 marcó enero de 2011 como fecha límite para
alcanzar un acuerdo al respecto, el ministro de Economía de Brasil,
Guido Mantega, dijo el viernes que prevé que haya un pacto en
noviembre, dado el estado avanzado de las negociaciones.
No obstante, permanecen algunas diferencias de opinión. Mantega
recalcó que Brasil quiere que se elimine de la fórmula que reparte
el poder de voto una variable que mide la apertura económica de los
países, la cual beneficia particularmente a las naciones europeas
pequeñas.
En cambio, Salgado dijo que Europa no desea modificar esa
ecuación.
Otra reclamación de los países en desarrollo es que Estados
Unidos y Europa acaben con el pacto tácito por el cual Washington se
reserva la presidencia del Banco Mundial y Bruselas la dirección del
FMI.
Salgado dijo que los jefes de esas instituciones "deberían ser
nombrados en un proceso abierto, transparente y basado en sus
méritos, sin importar su nacionalidad o sexo".
No obstante, condicionó la aplicación de ese principio en el FMI
a que también se adopte en el caso del Banco Mundial. EFE