París, 19 nov (EFE).- La economía mexicana, que ha sufrido la
peor recesión desde 1994, ha tocado fondo en verano y, pese a que
retrocederá un 8% en el conjunto de 2009, recuperará un 2,7% el año
próximo y un 3,9% en 2011, según la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico (OCDE).
En su informe semestral de Perspectivas, la OCDE mantiene sin
cambios la cifra que había dado en junio sobre la evolución del
Producto Interior Bruto (PIB) de México para este año y corrige
mínimamente (una décima menos) la del crecimiento para 2010.
También mantiene la explicación de que el país se ha visto
afectado por el hundimiento del precio del petróleo, el bajón de las
exportaciones (sobre todo a Estados Unidos) y los efectos económicos
de la gripe A, que condujo a una contracción interanual del PIB del
9,7% en el segundo trimestre de 2009.
Detrás de eso está el descalabro del 9,7% de la demanda interior
pero, sobre todo, el hundimiento del comercio exterior, que este año
va a ser del 19,2% para las exportaciones y del 23,1% para las
importaciones.
Para el futuro inmediato, la recuperación va a llegar
gradualmente en 2010 de la mano de una reactivación de las
exportaciones a Estados Unidos y de la elevación del barril de
crudo, pese a lo cual la tasa de paro va a crecer y pasar de una
media del 5,7% este ejercicio a un pico del 6,5% a mediados del año
próximo, antes de reducirse a un 5,9% en 2011.
Por lo que se refiere a la inflación, debería moderarse desde los
niveles elevados de este año (7,3% de media) y bajar al 4,4% en
2010, en torno al límite superior del objetivo del banco central
mexicano, que por eso mismo no dispone de gran margen para seguir
con la política de reducción de tipos de interés que ha llevado a
cabo desde el mes de febrero.
En concreto, los tipos de interés han pasado del 8,25% al 4,5%
por el activismo de la entidad emisora.
El conocido como el "Club de los países desarrollados" estima
"necesarias" las medidas de consolidación propuestas por el Gobierno
mexicano para contener los recortes de ingresos y prevenir
reacciones adversas de los mercados financieros.
Sobre todo, teniendo en cuenta el esfuerzo fiscal del plan contra
la crisis que ha representado en torno al 1,6% del PIB, y que dos de
las tres grandes agencias de calificación han señalado perspectivas
negativas sobre México.
La OCDE recuerda que incluyendo esas medidas de ajuste fiscal
(que implican subidas de impuestos y recortes de gastos), el
presupuesto diseñado para 2010 permite anticipar un déficit del 0,5%
del PIB, y que el Ejecutivo espera reducir los números rojos al 0,3%
del PIB en 2011.
La balanza por cuenta corriente mexicana, que había sido negativa
en los últimos años, debería terminar 2009 en torno al equilibrio y
presentar un superávit del 1% del PIB en 2010 y del 1,4% en 2011.
EFE