Lima, 10 jun (EFE).- La planta de licuefacción de gas natural de
Pampa Melchorita, inaugurada hoy en Perú, es la primera en América
del Sur y tiene capacidad de procesar 620 millones de pies cúbicos
diarios de gas con la meta de exportar 4,2 trillones de pies cúbicos
(medida americana, usada en el sector) en los próximos 18 años.
El complejo gasístico levantado en cuatro años por el consorcio
Perú LNG comprende la planta, un terminal marítimo y un gasoducto de
408 kilómetros que cruza los Andes y llega hasta la costa del océano
Pacífico, en una zona desértica entre las regiones de Lima e Ica.
El desarrollo del gas natural en Perú estuvo largamente
postergado y hace menos de cinco años que abastece de manera
doméstica e industrial al mercado interno.
Durante el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006) se dio el
visto bueno a las posibilidades de exportación del recurso y con
ello llegaron las inversiones que han permitido la construcción de
la planta, el terminal y el gasoducto por 3.800 millones de dólares,
la inversión privada más alta registrada en Perú.
Las empresas comprometidas en la obra son la estadounidense Hunt
Oil (con 50 por ciento de participación), la española Repsol (20 por
ciento), la surcoreana SK Energy (20 por ciento) y la japonesa
Marubeni (10 por ciento).
Repsol estará a cargo de la comercialización de toda la
producción de la planta y su exportación a México, específicamente
hacia el puerto de Manzanillo, por un valor de 15.000 millones de
dólares, precisó la empresa.
El presidente peruano, Alan García, dijo en la ceremonia de
inauguración que el mercado local sólo ha utilizado 0,3 trillones de
pies cúbicos (TCF) del recurso desde su puesta en producción, y que
la exportación sólo representará 4,2 TCF de los más de 15 TCF de
reservas probadas que hay en el país.
El gobierno detalló que la puesta en operación de la planta
generará más de 1.000 millones de dólares anuales por exportación,
310 millones de dólares al año en impuestos y regalías para el
Estado.
La planta de licuefacción de gas natural se levantó en un terreno
desértico de 521 hectáreas de extensión, a 170 kilómetros al sur de
Lima, donde se reducirá el volumen del gas unas 600 veces para
convertirlo a su estado líquido, tras un proceso de purificación y
enfriamiento.
El gas natural llega a la planta desde el lote 56 del yacimiento
de Camisea, en la región andina de Cuzco, e ingresa al nuevo
gasoducto de 408 kilómetros de largo construido por el consorcio a
la altura de la zona de Chiquintirca, en la región de Ayacucho,
rumbo a Pampa Melchorita.
Una vez en la costa, el complejo energético tiene una unidad de
recepción del gas de alimentación que tiene la capacidad de separar
y almacenar cualquier líquido que permanezca en la tubería de
suministro.
También cuenta con una unidad de extracción del óxido de carbono
y agua, elementos que podrían bloquear el proceso de purificación, y
unidades de deshidratación y absorción de metales, que reducen el
volumen del gas y eliminan el agua que podría obstruir la
licuefacción criogénica.
Igualmente, la planta cuenta con instalaciones de refrigeración y
licuefacción que permiten que el gas natural ingrese a los dos
tanques de almacenamiento, que tienen una capacidad de 130.000
metros cúbicos, a una temperatura de 163 grados celsius bajo cero.
Una vez convertido en líquido, el gas natural será embarcado en
buques metaneros que atracarán en el muelle de carga, construido
igualmente por el consorcio Perú LNG.
El acceso a la planta desde el mar tiene un puente de caballetes
de 1,4 kilómetros de largo que se extiende perpendicularmente hasta
la plataforma de carga. Además, se levantó un rompeolas de 800
metros de largo y un canal de navegación de 18 metros de profundidad
para el ingreso de buques de más de 90.000 metros cúbicos de
capacidad.
Los atracaderos y brazos de carga para los buques están sobre una
plataforma de 30 metros cuadrados, y a 90 metros de distancia se
encuentra un muelle de servicio para que las naves se puedan
abastecer de combustible. EFE