Lisboa, 8 may (EFE).- El Gobierno de Portugal firmó hoy el
contrato de concesión de los primeros 170 kilómetros de AVE entre
Lisboa y Madrid, aunque admitió ponderar la conveniencia del tercer
puente sobre la desembocadura del río Tajo, donde transcurriría el
segundo tramo.
"Habrá una nueva apreciación de proyectos que aún no estaban
comprometidos", afirmó el ministro de Obras Públicas portugués,
Antonio Mendonca, en referencia al puente de 50 kilómetros que
serviría para conectar por ferrocarril Lisboa con Poceirao.
Sin embargo, Mendonça, que formalizó el contrato con el consorcio
encabezado por las empresas lusas Soares de Acosta y Brisa
(participada por la española Abertis), aclaró que esa nueva
evaluación no pone en riesgo la conexión entre Lisboa y Madrid, ya
que se deberán de estudiar uniones "transitorias".
El tramo Poceirao-Caia, cuyas obras se esperan que comiencen en
los próximos meses, tiene un coste de unos 1.500 millones de euros
(31% corresponde al Estado luso) y unirá a ambas capitales en dos
horas y 45 minutos.
La firma coincide con el aumento de las voces críticas en
Portugal respecto a la infraestructura, ya que agravaría su delicada
situación económica y financiera, según argumentan los principales
de la oposición lusa: los centro derechistas socialdemócratas (PSD)
y el CDS-PP.
Este clima de presión política ha llevado al primer ministro
socialista José Sócrates, que gobierna Portugal en minoría, a
admitir el aplazamiento de obras públicas que no figuraban en los
recientes recortes ya anunciados para aliviar el alto déficit del
país (9,4%).
En unas declaraciones recogidas en la prensa lusa, Sócrates
anunció desde Bruselas que pondera retrasar el nuevo aeropuerto de
Lisboa -previsto para arrancar en 2018- y el puente sobre la
desembocadura del río Tajo incluido en el segundo tramo del
ferrocarril.
"Estoy pensando justamente en todas las inversiones que no se
adjudicaron todavía (...) para que las podamos lanzar en un momento
en el que la estabilización financiera regrese a los mercados y
pueda haber mayores garantías de financiación para que esas obras se
ejecuten", reconoció el jefe de Gobierno.
Entre las voces recelosas al AVE surgidas últimamente, destaca la
del presidente de la República de Portugal, Aníbal Cavaco Silva,
histórico dirigente del PSD, que ha esgrimido sus dudas respecto al
proyecto y, a pesar de sancionar mes pasado su primer tramo, lo
condicionó a un estudio de viabilidad económica.
Asimismo, el gobernador del Banco de Portugal, Vítor Constancio,
se unió a esta corriente de opinión y esta semana declaró que
consideraría "normal" el retraso de las grandes infraestructuras
públicas programas con la meta de "reducir más el déficit".
El proyecto total de la red de alta velocidad entre Portugal y
España, que incluye la conexión de Lisboa con Madrid y otra línea
con Galicia, tiene un coste global estimado en 9.000 millones de
euros y sus distintas fases deben estar en funcionamiento entre 2013
y 2017. EFE