Madrid, 17 nov (EFE).- El presidente del Grupo Santander, Emilio
Botín, pidió hoy que no se penalice a las grandes entidades con
mayores requisitos de capital, ya que a su juicio lo que hay que
vigilar es el riesgo que afrontan las entidades y no el tamaño de
las mismas, que "no es el problema".
En su discurso de inauguración de la II Conferencia Internacional
de Banca, celebrada en Madrid, Botín explicó que un exceso de
exigencias de capital afectaría "sin duda" al coste y a la
accesibilidad del crédito.
El presidente de la primera entidad financiera española se
refería a la intención de la Comisión Europea de elevar los
requisitos mínimos de capital que deben tener las entidades
financieras en sus balances para afrontar posibles pérdidas
derivadas del incremento de la morosidad y proteger sus depósitos.
Según explicó Botín, las grandes entidades "también son
necesarias", ya que sólo ellas han podido acudir al rescate de otros
bancos que han tenido problemas, contribuyendo a reducir el riesgo
sistémico, es decir, evitando que la crisis acabe afectando a todo
el sistema financiero.
Por otra parte, el debate generado en torno a las entidades que
son "demasiado grandes para caer" se orienta en torno a la creación
de un sistema que permita a éstas caer sin provocar estos riesgos
sistémicos, para lo que también "es clave la estructura societaria
de la entidad", explicó.
A juicio de Botín, tras las medidas tomadas por los Gobiernos y
los bancos centrales para atajar la crisis, el sistema financiero
"funciona con fluidez", aunque aún hay camino por recorrer.
"Necesitamos un sistema financiero sólido y sin fisuras, que dé
confianza a la sociedad y facilite la recuperación económica", dijo
Botín.
Tras admitir que la comunidad financiera "también ha cometido
errores", Botín explicó que para evitar que se repitan hay que
diseñar un sistema financiero "del que podamos sentirnos
orgullosos", lo que es "un deber de todos", tanto de las autoridades
como de las entidades, y de los organismos reguladores y
supervisores.
Pero después de todos los esfuerzos realizados en el mundo, ya
hay lugar para un cierto optimismo "por primera vez desde que
comenzó la crisis", y las principales economías muestran ya signos
de reactivación, dijo Botín, sobre todo algunos países emergentes
"que sin duda van a desempeñar un importante papel en el futuro".
Esta recuperación se nota también en los mercados de renta
variable, que están recuperando niveles anteriores a la quiebra de
Lehman Brothers.
Una vez superado lo peor de la crisis, explicó, ahora hay que
sentar las bases del sistema financiero del futuro, que debe
descansar en una supervisión "eficaz" y en una regulación "adecuada"
que no derive en un aumento indiscriminado de requisitos.
Tras recordar que los sistemas bancarios que han resistido mejor
la crisis son precisamente los que tienen una supervisión bancaria
más estrecha y más capacidad de anticipación -como el español-,
Botín recomendó equilibrar la supervisión con la regulación para
evitar crisis futuras.
Asimismo, y tal como señala el Informe De Larosiére, que la
Comisión Europea ha recogido a la hora de hacer sus propuestas, se
debe reforzar tanto la supervisión local como la nacional, con una
vigilancia "diaria" de las entidades, y armonizar las mejores
prácticas internacionales.
Esto significa, explicó, que "si queremos que la supervisión sea
efectiva y vinculante para los distintos supervisores nacionales de
la Unión Europea", las decisiones de vigilancia tienen que ser
"consistentes" entre ellos.
Botín insistió en que el origen de la crisis no sólo estuvo en
las hipotecas "subprime" (de alto riesgo) en Estados Unidos, sino
que tuvieron mucho que ver los excesos cometidos y la pérdida de
referentes, que llevaron a la banca a olvidar sus fundamentos. EFE