Madrid, 28 ene (EFE).- El ex director gerente del FMI Rodrigo
Rato se convirtió hoy en el nuevo presidente de Caja Madrid, tras
ser elegido por unanimidad por un nuevo Consejo de Administración, y
aseguró que llega al cargo convencido de que la entidad está llamada
a reforzar su papel de liderazgo en el sistema financiero.
La llegada del que fuera vicepresidente del Gobierno y ministro
de Economía pone fin al proceso electoral más largo y polémico de
Caja Madrid en sus más de 300 años de historia, al tiempo que abre
una nueva etapa en la entidad tras el relevo de Miguel Blesa, al
frente de la institución desde septiembre de 1996.
Además de la proclamación de Rato como presidente, se designó al
ex ministro Virgilio Zapatero (PSOE), a José Manuel Fernández
Norniella (PP) y a José Antonio Moral Santín (IU) como
vicepresidentes de la entidad.
La fuerza mayoritaria seguirá siendo el PP, que contará con 8
vocales en el Consejo, frente a 4 socialistas y 1 de IU. Los diez
asientos restantes se repartirán entre sindicatos y entidades
representativas.
La elección de este nuevo Consejo se produjo tras la designación
del mismo por parte de una Asamblea General extraordinaria previa,
en la que entraron 195 nuevos representantes, más de la mitad del
total, con el 93% de los votos válidos a favor.
A partir de ahora, el nuevo equipo será el encargado de tomar
decisiones claves para el negocio de Caja Madrid, entidad "sólida,
solvente y rentable", subrayó Rato en un comunicado.
Caja Madrid está "preparada para hacer frente a los retos
derivados del complejo entorno económico", así como para aprovechar
las oportunidades que se derivan del mismo, añadió.
Estas declaraciones estaban en línea con las del presidente
saliente, Blesa, quien expuso ante la Asamblea General que la
entidad casi sextuplicó su tamaño durante su gestión y deja encima
de la mesa varias fusiones "estudiadas".
De esta forma brindó el testigo a su "amigo" Rato, cuyo objetivo
declarado es dirigir toda la atención y esfuerzo en el cumplimiento
de "nuestras funciones esenciales: el mejor servicio financiero y la
mayor ayuda social".
Los mismos principios que marcaron la gestión de Blesa, quien
recientemente aseguró que fue un placer trabajar en la caja y
admitió que se habría quedado encantado.
Pero las maniobras políticas y las modificaciones legislativas le
cerraron cualquier posibilidad de continuar seis años más al mando,
a pesar de lo cual hoy insistió en que se va "sin rencor", si bien
lamentó "el ruido" que hubo para renovar los órganos de gobierno de
Caja Madrid.
Era una aparente alusión a los rifirrafes entre la presidenta de
la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la
capital, Alberto Ruiz Gallardón, sobre la sucesión de Blesa.
También se pudo interpretar como un recuerdo de que las
elecciones se paralizaron dos veces por decisión judicial y ante las
dudas sobre la ley de cajas aprobada por Aguirre, una vez iniciado
el proceso electoral. EFE
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