José Luis Paniagua
Panamá, 14 sep (EFE).- El relator especial de las Naciones Unidas
para el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter, asegura que
de la crisis alimentaria en Guatemala se deben sacar dos
consecuencias: la necesidad de tener más capacidad productiva y la
de disponer de reservas para tiempos de crisis.
"Las dos herramientas principales (para luchar contra las crisis
alimentarias) son construir capacidad productiva para consumo local
y reconstruir las reservas alimenticias", indicó De Schutter en una
entrevista con Efe.
El relator de las Naciones Unidas, que se encuentra en Panamá
tras una gira por Guatemala y Nicaragua, subrayó que ante la
perspectiva de que los precios de los alimentos en el mercado
internacional continuarán altos y los efectos del cambio climático
hay que "reconstruir la capacidad de respuesta".
"El precio de los alimentos seguirá aumentando en el futuro
porque son muy dependientes del precio del petróleo y éste es muy
volátil y seguirá aumentando", pronosticó De Schutter, al subrayar
que los países "deberían evitar ser demasiado dependientes" del
exterior para alimentar a sus poblaciones.
Sobre Guatemala, país que se encuentra en estado de emergencia
por una crisis alimentaria que oficialmente se ha cobrado la vida de
25 niños y afecta a decenas de miles de familias, el relator belga
subrayó que, más allá de la sequía que golpea a ese territorio, hay
razones para haber llegado a este extremo.
Mencionó el "desmantelamiento de cualquier sistema de reservas
alimentarias" como uno de los factores de la crisis que llevó al
presidente guatemalteco, Álvaro Colom, a declarar el estado de
calamidad pública, aún pendiente de aprobación en el Congreso.
Otro factor es, según De Schutter, precisamente el político.
Apuntó que "hay una responsabilidad de todos los partidos políticos,
de todos los miembros del Congreso Nacional; y el Parlamento es
realmente un obstáculo para las reformas que se necesitan", dijo.
"Para combatir efectivamente el hambre se necesita un Estado que
esté suficientemente financiado para dar respuesta a las necesidades
de la población y este no es el caso en Guatemala", agregó.
Recordó que la declaración de emergencia del Gobierno buscaba
acelerar los mecanismos para dar respuesta al problema.
"No es normal que se tenga que declarar el estado de emergencia
para poder destinar fondos a programas sociales", afirmó, al cargar
contra la elite guatemalteca por tener "una visión muy limitada si
creen que la economía puede prosperar si la mitad de sus hijos están
desnutridos".
En el caso de Nicaragua, señaló que se prevén cosechas
"extremadamente pequeñas" en los meses de enero y febrero, algo que
podría derivar en una crisis alimentaria similar a la de Guatemala
"si las cosas no cambian".
"Lo que es preocupante en el caso de Nicaragua es que los
donantes de la comunidad internacional desconfían de la forma en que
el Gobierno usa los fondos y el resultado es que están, digamos,
revaluando la relación con Nicaragua", manifestó.
"Si los donantes se retiran, este es un país que no tiene
posibilidad de reaccionar a una situación de emergencia como la que
se podría generar a principios de 2010", agregó al recordar que la
ayuda al desarrollo financia el 30 por ciento del presupuesto
general y más del 70 por ciento de los programas del Ministerio de
Agricultura.
Para el relator, "Nicaragua debe ser ayudada por la comunidad
internacional y el Gobierno debe mejorar la transparencia y
despolitizar la forma en que maneja y ejecuta los programas
sociales".
De Schutter se abstuvo de comentar la situación del resto de los
países de la región, dado que no estaba "familiarizado" con su
realidad, aunque llamó la atención sobre el hecho de que los
agricultores hondureños hace semanas que no trabajan por la
situación política generada tras el golpe de Estado a Manuel Zelaya,
el 28 de junio pasado.
"Una gran parte de los agricultores no están trabajando porque
están protestando por la situación política", afirmó y añadió que
tiene informes de que eso puede redundar en una situación "muy
problemática" desde el punto de vista alimentario.
De Schutter se mostró, sin embargo, optimista a la hora de ver
escenarios de acción conjunta en Centroamérica.
"Dentro de Centroamérica hay una posibilidad (...) de establecer
un sistema para compartir reservas de alimentos de forma que las
reservas de cada país sean menos importantes si pueden recurrir a
reservas de otros países en caso de emergencia", explicó.
"Esto podría ser pensado en el ámbito global, pero a ese nivel es
mucho más complicado, sin embargo, en el ámbito regional es
perfectamente alcanzable", agregó. EFE
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