Panamá, 6 jun (EFE).- El consorcio liderado por la constructora
española Sacyr Vallehermoso -del que también forman parte a la
italiana Impregilo, la belga Jan de Nul y la panameña Cusa-,
terminará las excavaciones de las obras de ampliación del canal de
Panamá a principios de 2012, un año antes de lo previsto.
Pese a la aceleración de la fase de excavaciones, la conclusión
de los trabajos sólo se adelantará unas semanas a la fecha límite
prevista en el contrato, el 21 de octubre de 2014, para que su
inauguración coincida con el centenario de la puesta en
funcionamiento del canal el 15 de agosto de 2014.
El buen ritmo de los trabajos para construir el tercer juego de
esclusas es la parte más positiva de una obra cuya mayor dificultad
no está en la meteorología adversa, como cabría pensar de un país
donde la estación de lluvias dura entre 8 y 9 meses.
De hecho, los cálculos de los contratistas encabezados por Sacyr
prevén una ralentización del trabajo de hasta el 50% para los días
de precipitaciones más intensas.
"Los papeles, ese es el principal problema que nos hemos
encontrado hasta ahora", dijo el director del Grupo Unidos por el
Canal (GUPC), Antonio Zaffaroni, en referencia a la inmensa
burocracia que el consorcio tiene que afrontar en el día a día.
De los 3.198,5 millones de dólares (2.665 millones de euros) que
constituyen el importe total del proyecto, el consorcio ha ingresado
de momento un anticipo de 300 millones de dólares (250 millones de
euros), que fue destinado a la adquisición de maquinaria necesaria
para iniciar las obras.
En breve recibirá el segundo anticipo, de los tres convenidos en
contrato, de 100 millones de dólares (83 millones de euros), que
destinará a la adquisición de equipos electromecánicos, mientras que
por obra ejecutada sólo ha cobrado 30 millones de dólares (25
millones de euros).
El presupuesto de las obras está cerrado, aunque el consorcio
podría ganar hasta un máximo de 50 millones de dólares más (42
millones de euros), a razón de 215.000 dólares diarios (179.000
euros), si acaba antes de lo previsto las obras.
Sin embargo, la penalización es mayor si las obras se retrasan,
con una multa de 300.000 dólares diarios (250.000 euros), hasta un
máximo de 54,6 millones de dólares (45,5 millones de euros).
De momento, el grupo prevé que para excavar los cerca de 40
millones de metros cúbicos de tierra que hay que retirar sólo se
necesitarán dos años frente a los tres inicialmente previstos, lo
que permitirá menos superposición con la etapa del hormigón, fase
más complicada en la que se emplearán casi dos años y medio.
En paralelo a las excavaciones, que comenzaron en febrero de este
año, se están construyendo las instalaciones auxiliares, que
incluyen una planta de machaqueo de áridos para hacer el hormigón,
que se fabricará en otra planta anexa.
Los áridos procederán de la roca excavada en las obras del
Pacífico, dado que el material del Atlántico es arenoso y no sirve,
en tanto que aún no se ha cerrado el contrato para el suministro de
cemento, aunque se está negociando con Cemex y Cemento Panamá.
Los dos nuevos sistemas de esclusas, que constituirán el tercer
juego dentro del canal, se ubicarán uno en la vertiente atlántica y
otro en la del Pacífico, y contarán con tres cámaras cada uno,
separadas por cuatro bloques de dos compuertas correderas cada uno.
La ampliación, en la que durante los picos de trabajo se
emplearán hasta 8.000 trabajadores -el 90% local-, permitirá el paso
de buques de mayor tamaño y calado, en tanto que la mayor rapidez
del llenado y vaciado de las cámaras facilitará el paso de hasta 28
barcos por día. EFE