Bruselas, 14 ene (EFE).- La ministra española de Economía y
Hacienda, Elena Salgado, se estrena la semana que viene como
presidenta de turno del Consejo Ecofin con uno de los debates más
complicados de la agenda económica de los Veintisiete, el relativo a
la fiscalidad.
La vicepresidenta segunda del Gobierno español presidirá el
martes en Bruselas su primera reunión del Consejo de Economía y
Finanzas de la UE (Ecofin), dedicada casi monográficamente a
cuestiones fiscales.
Los ministros abordarán, por primera vez de manera simultánea, la
revisión de la directiva (ley-marco europea) sobre la fiscalidad del
ahorro, una nueva directiva sobre cooperación administrativa en el
ámbito fiscal, y la negociación de acuerdos con Liechtenstein,
Suiza, Andorra, San Marino y Mónaco para la lucha contra el fraude.
En diciembre pasado, Luxemburgo y Austria exigieron, para avanzar
en la ampliación de la legislación sobre la fiscalidad del ahorro,
que las tres medidas fueran debatidas como un solo paquete.
Estos dos países, los únicos en la UE que mantienen el secreto
bancario, bloquean el acuerdo y están llevando las conversaciones a
un callejón sin salida.
La directiva en vigor sobre la fiscalidad del ahorro estipula, en
efecto, que Luxemburgo y Austria deberán adoptar el régimen general
de intercambio "automático" de información, y suprimir 'de facto' su
secreto bancario, cuando la Unión haya concluido con Suiza,
Liechtenstein, Andorra, San Marino y Mónaco acuerdos de lucha contra
el fraude.
Como consecuencia de la crisis financiera, estos cinco países ya
se han comprometido, bajo la presión del Grupo de los Veinte (G-20),
a aplicar los estándares de la OCDE que prevén el intercambio de
datos bancarios entre estados, "a petición" de una administración
fiscal.
La Comisión Europea (CE) pretende ahora blindar ese compromiso
mediante acuerdos bilaterales antifraude con cada uno de esos países
terceros.
El Ejecutivo comunitario ya ha concluido un proyecto de acuerdo
con Liechtenstein basado en el procedimiento limitado de intercambio
de datos fiscales y ha solicitado a los ministros que la autoricen a
negociar acuerdos parecidos con los demás.
En diciembre, la presidencia de turno sueca de la UE tuvo que
arrojar la toalla después de constatar que Luxemburgo y Austria no
están dispuestos a entrar en el régimen de intercambio "automático"
de información, mientras sólo se les exija a otras plazas
financieras próximas, especialmente Suiza, aplicar las normas menos
severas de la OCDE. EFE