París, 26 abr (EFE).- El jefe de Estado francés, Nicolas Sarkozy,
y el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao
Barroso, advirtieron hoy de que corre prisa actuar frente a la
especulación contra Grecia, que sigue disparada ante las disonancias
dentro de la zona euro sobre cómo concretar el plan de salvamento.
En un mensaje dirigido en particular a las suspicacias
manifestadas por los responsables alemanes para desembolsar el
préstamo a Grecia, Sarkozy y Durao Barroso subrayaron "la necesidad
de una acción rápida y resuelta contra la especulación contra Grecia
para asegurar la estabilidad de la zona euro".
Según el comunicado divulgado por el Elíseo, en el almuerzo de
trabajo celebrado en París también coincidieron los dos en "la
importancia de una estrategia económica europea ambiciosa basada en
un verdadero Gobierno económico europeo".
La inquietud de París y Bruselas deriva directamente del aumento
de la presión de los mercados sobre la deuda griega, con un nuevo
incremento hoy del interés que tiene que pagar Atenas (sus bonos del
Estado se colocaron ampliamente por encima del 9%).
El mayor riesgo es que Grecia debe hacer frente el próximo 19 de
mayo al vencimiento de un nuevo paquete de su deuda y si no pudiera
obtener el dinero a tiempo, podría producirse un colapso con un
efecto en cadena de contagio a otros países de la zona euro
susceptibles de ser atacados a su vez por los especuladores.
El problema es que en Alemania la crisis griega ha entrado de
lleno en la campaña de las elecciones regionales del próximo 9 de
mayo.
En ese contexto electoral han querido enmarcar algunos analistas
las condiciones para el desembolso fijadas por la canciller alemana,
Angela Merkel, sobre todo, la presentación de un plan de ajuste de
Atenas, que debe ser aprobado por el Fondo Monetario Internacional
(FMI), lo que, como ella misma se esforzó en señalar, "tardará
algunos días".
Ni Sarkozy ni Durao Barroso quisieron hacer declaraciones al
término de su encuentro y se limitaron al comunicado del Elíseo, que
no da pistas sobre la cuestión de las condiciones que los alemanes,
pero también los franceses, han dicho que hay que poner a los
griegos antes de desembolsar los 30.000 millones de euros prometidos
a Atenas por sus socios de la zona euro.
En el caso de Francia, fue su ministra de Economía y Finanzas,
Christine Lagarde, quien avanzó el pasado fin de semana que la ayuda
a Grecia se le entregará "en función de las necesidades y, en caso
de suspensión de pagos, apretaremos inmediatamente el pedal del
freno".
Francia, con 6.300 millones de euros, es el segundo mayor
contribuyente del plan de salvamento europeo de Grecia -por detrás
de Alemania (8.400 millones)-, cifrado en los citados 30.000
millones, dinero que se sumaría a los 15.000 millones que podría
aportar el FMI.
El Parlamento francés inicia el próximo 3 de mayo la tramitación
del proyecto de ley de rectificación del presupuesto que incluye, a
cuenta del ejercicio de 2010, una dotación de 3.900 millones de
euros para Grecia.
Lagarde, que calculó las ganancias para su país por los intereses
de ese crédito en 150 millones de euros, justificó los préstamos por
"solidaridad" y en nombre de la defensa del "territorio del euro".
Pero la ministra francesa no se mostró tibia con Atenas, y aparte
de insistir en que hay que mostrar "firmeza" y mostrarse "muy
atentos" a sus resultados", recordó que "con sus cifras erróneas y
sus políticas económicas inadaptadas, Grecia no ha cumplido sus
compromisos".
Por eso, reclamó a la Comisión Europea y al FMI "mecanismos de
control" para evitar caer "en un pozo sin fondo". EFE
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