Berlín, 15 sep (EFE).- La reunión entre los países europeos con
plantas de Opel celebrada hoy en Berlín no logró arrojar nueva luz
sobre la operación de venta a Magna, decisión que el jueves pasado
tomó a todos por sorpresa, y cuya celeridad, a pocas semanas de las
elecciones alemanas, causó malestar en diversas capitales.
El encuentro, al que además de todos los países con fábricas de
Opel, participaron representantes de la Comisión Europea, había sido
convocado por Alemania para pedir cooperación en el paquete de
créditos y avales de 4.500 millones de euros a los que se ha
comprometido Berlín para salvar Opel.
Antes de entrar en la reunión, en la que únicamente se acordó que
Berlín pedirá a Magna que precise su plan financiero y de
viabilidad, el ministro español de Industria, Miguel Sebastián,
criticó la política de información de los últimos días.
"Falta ahora mismo información por parte de Magna. Ha habido una
decisión que nos ha parecido sorprendente porque General Motors
nunca vio la opción de Magna como la mejor opción", dijo Sebastián.
Subrayó que el Gobierno español y el aragonés todavía no conocen
"los detalles del acuerdo ni la opción industrial de Magna", y
añadió que "cuanto más conocemos la opción de Magna menos nos
gusta".
Las críticas se dirigieron también indirectamente contra el
gobierno de Angela Merkel, pues la reunión ha sido convocada
oficialmente para hablar sobre las ayudas financieras que cada país
aportara a "New Opel", y no sobre el plan en sí.
"Cuando uno va a un restaurante primero mira el menú, luego come
y luego paga la factura. Hoy nos han convocado para pagar la factura
y todavía no hemos visto el menú", dijo el ministro ante
periodistas.
Sebastián hizo hincapié en que España confía en que Opel tiene un
"futuro brillante", pero únicamente si todos los implicados trabajan
juntos en la solución de los problemas.
Tanto Sebastián, como la secretaria general de Industria, Teresa
Santero, y el consejero de Industria, Comercio y Turismo del
Gobierno de Aragón, Arturo Aliaga, también presentes en la reunión,
comentaron que para España el problema del plan de Magna no se
reduce al desmantelamiento de empleo que pueda implicar.
Uno de los problemas fundamentales es la falta de claridad
respecto al futuro de la producción de la planta de Figueruelas
(Zaragoza), de donde en principio desaparecería el montaje del Corsa
de tres puertas.
Los planes de Magna -por lo que se conoce hasta ahora- contemplan
trasladar la producción de este modelo -el de cinco puertas
permanecería en Figueruelas- a Eisenach, algo que, según Alaiga, no
se entiende habida cuenta de que los costes de producción de la
planta alemana son superiores.
Santero explicó que, en la reunión, España dejó claro que
mientras no haya una información completo sobre el plan, "no se
puede adoptar un compromiso financiero".
El gobierno alemán se comprometió a un calendario de información
por entregas, que prevé un primer informe para el 21 de septiembre,
y el último para el 7 de octubre, es decir después de la elecciones
generales en Alemania, que para muchos ha sido el detonante de la
decisión tan prematura.
Magna confirmó ayer que su plan prevé el recorte de 10.500
puestos de los en torno a 50.000 empleos que hay en toda Europa, de
los que unos 4.000 recaerían sobre Alemania.
La planta de Figueruelas (Zaragoza) vería reducida su plantilla
de actualmente 7.500 en 1.642 puestos.
El país más afectado sería Bélgica, que debería encajar el cierre
de su planta en Amberes.
El acuerdo de venta de Opel a Magna fue anunciado la semana
pasada por General Motors, que mantendrá el 35 por ciento del
capital tras la venta del 55 al citado consorcio y el diez por
ciento restante estará en manos de la plantilla.
La reunión se produce en un momento de tensión de los países
europeos con plantas -España, Bélgica, Reino Unido y Polonia- por
considerar que la operación con Magna beneficia demasiado los
intereses alemanes.
A ello se añade el escepticismo de que entrar en un negocio con
Rusia no sólo pueda constituir un traspaso de tecnología sino
también una continua inyección de fondos.
La secretaria general española de Industria dejó hoy nuevamente
claro que la operación de venta todavía no ha concluido y que,
siendo así las cosas, todas las opciones siguen estando sobre la
mesa. "La venta no está cerrada", dijo. EFE
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