Washington, 20 may (EFE).- La reforma financiera en EE.UU. dio
hoy un paso crucial en el Senado, donde los demócratas lograron la
mayoría que necesitaban para limitar el tiempo de debate y avanzar
hacia el voto final del texto del proyecto.
Con 60 votos a favor, el mínimo que necesitaban los demócratas, y
40 votos en contra el Senado de EE.UU. aprobó hoy limitar a 30 horas
el debate del extenso proyecto de ley de la reforma financiera, que
entra así en la recta final para su votación.
Tras el intento fallido del miércoles, los demócratas, que no
cuentan con la mayoría necesaria de los dos tercios de la cámara,
tuvieron que convencer a algunos republicanos para que votaran hoy a
favor de avanzar en la reforma.
Uno de los que dio su apoyo fue el senador republicano por
Massachusetts Scott Brown después de que ayer los impulsores de la
reforma le prometieran que atenderían sus preocupaciones sobre las
restricciones impuestas a las gestoras de activos en su estado.
El proyecto de ley, de 1.400 páginas, incluye la mayoría de las
medidas propuestas por la Administración del presidente
estadounidense, Barack Obama, y supone una reforma de gran calado de
las normas financieras del país, que intenta tapar las lagunas
descubiertas durante la gran crisis iniciada en 2008.
Así, esta reforma está llamada a cambiar la regulación del
mercado hipotecario, de las firmas financieras y de las tarjetas de
crédito, así como a reforzar el papel supervisor de las agencias
estatales, con objeto de subsanar los errores que condujeron a la
crisis.
Si el Senado aprueba el proyecto de ley, el texto tendrá que ser
armonizado con la versión ratificada por la Cámara de Representantes
en diciembre.
El proyecto crea una nueva oficina de protección al consumidor en
el seno de la Reserva Federal, una de las ideas más criticadas por
los republicanos.
También da autoridad a las agencias reguladoras para intervenir y
desmantelar a grandes entidades financieras, un proceso que pretende
evitar quiebras desordenadas como la del banco de inversión Lehman
Brothers, que estuvo a punto de hundir al sistema financiero mundial
a finales de 2008.
El proyecto establece, además, un sistema de supervisión del
mercado de derivados, que mueve 615 billones de dólares, para
aumentar la transparencia y competencia.
Asimismo, crea un consejo de reguladores, compuesto por nueve
miembros y presidido por el secretario del Tesoro, para elevar la
coordinación entre las agencias y vigilar los peligros al sistema
financiero como un todo.
Obama, en su discurso radiofónico del sábado pasado, dijo que
todos los estadounidenses se beneficiarán de la reforma de Wall
Street. EFE