La semana pasada, Nueva York dominó los titulares de los medios de comunicación de criptomonedas de maneras muy diferentes. En el estado de Nueva York, la Asamblea local votó a favor del proyecto de ley que prohibiría durante dos años cualquier nueva operación de minería que se base en mecanismos de consenso de prueba de trabajo (PoW) y que utilice energía generada por combustibles fósiles.
La moratoria temporal, que podría prorrogarse una vez que el Departamento de Conservación del Medio Ambiente del estado presente sus evaluaciones sobre la huella de carbono de la industria, supone el primer gran ataque legislativo a la minería PoW por motivos medioambientales en Estados Unidos. El impulso movilizó a la comunidad, después de que los grupos de defensa de los activos digitales dieran la voz de alarma en Twitter (NYSE:TWTR). Después, los defensores de la prohibición tuvieron que soportar tres horas de un acalorado debate para aprobar por poco el proyecto. Se espera una lucha aún más reñida en el Senado del Estado de Nueva York.
Mientras tanto, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, dio un ejemplo de apoyo a la innovación al arremeter contra el régimen de BitLicense de su estado durante una entrevista en la Cumbre de Criptomonedas y Activos Digitales de Londres. Como político recién elegido que ha afirmado cobrar sus tres sueldos en Bitcoin (BTC), Adams calificó la licencia -la única a nivel estatal- de "barrera alta" e instó a los legisladores a que, si no piensan fuera de la caja, al menos no destruyan la propia caja.