Estambul (Turquía), 5 oct (EFE).- El premio Nobel de Economía
Joseph Stiglitz pidió hoy imponer un impuesto a las transacciones
financieras para evitar el comportamiento disfuncional de los
mercados y ayudar a pagar el daño de la crisis sobre los pobres.
"El sector financiero contaminó la economía global con activos
tóxicos y ahora deben de limpiarla", dijo el premio Nobel de
Economía estadounidense en una rueda de prensa en el marco de la
Asamblea anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco
Mundial en Estambul (Turquía).
Stiglitz mencionó que ese impuesto debería de cubrir todo tipo de
activos y afirmó que la recaudación podría destinarse a ayudar a los
países pobres que fueron las "víctimas inocentes" de la crisis.
Mencionó que a principios de este año Washington aprobó "en una
hora" un paquete de estímulo de 700.000 millones de dólares, el
equivalente al total de ayuda externa global en una década.
Dijo que eso invalida el argumento de que no hay dinero para el
desarrollo.
"Lo que uno se pregunta es quién está más necesitado los países
en desarrollo o los banqueros estadounidenses", subrayó.
Indicó, por lo demás, que el nuevo motor de crecimiento global
podría ser una "economía verde" con inversiones en energías
renovables y negociación de emisiones de carbono, entre otras cosas.
Afirmó, también, que el sistema financiero de EEUU sigue en una
situación "precaria" y afirmó que para "la mayoría" de
estadounidenses la recesión no se ha acabado.
Insistió en que "se han reestructurado un número relativamente
pequeño de hipotecas y el programa para reestructurarlas no ha
funcionado muy bien".
Se refirió, además, a la "persistencia" de elevados niveles de
desempleo, lo que en su opinión invalida la teoría oficial de que la
recesión ha acabado.
"En la realidad para la mayor parte de los estadounidenses la
recesión no ha acabado", afirmó Stiglitz, quien recordó que la tasa
de desempleo, en el 9,8 por ciento, sigue aumentando.
La teoría ampliamente aceptada es que la recuperación de los
mercados laborales es posterior a la recuperación del crecimiento,
una teoría con la que Stiglitz dijo estar de acuerdo, aunque
insistió en que ese no es el asunto verdaderamente importante.
"Lo importante", según el Premio Nobel de Economía, es que si
EEUU no crece a una tasa de al menos el 3,3 por ciento no será capaz
de crear puestos de trabajo.
El FMI pronosticó esta semana que EEUU se contraerá un 2,7 por
ciento este año y crecerá un 1,5 por ciento el que viene.
"Ese crecimiento no es lo suficientemente robusto", explicó el
profesor de la Universidad de Columbia (Nueva York), quien destacó,
además, que las estadísticas de desempleo de EEUU "no dan una buena
visión de lo que realmente está sucediendo".
"Si no estás buscando trabajo no estás desempleado, aunque el
motivo sea que has dejado de buscarlo porque no hay empleos",
afirmó.
Subrayó que "si aceptas un trabajo a media jornada tampoco estás
desempleado".
Afirmó que un indicador más amplio que incluye a los que han
dejado de buscar trabajo y a los que tienen empleo a media jornada
muestra que la tasa de desempleo está en el 17 por ciento.
"La situación en el mercado laboral es realmente mala", dijo.
A eso hay que añadir, además, otro dato igualmente preocupante,
el de que la mayoría de los estadounidenses afrontan esta crisis
peor que la crisis anterior que tuvo lugar en el año 2000.
"Los ingresos medios de los hogares eran un cuatro por ciento más
bajos en el 2007 que en el 2000", explicó Stiglitz, quien señaló que
los estadounidenses fueron capaces de mantener su nivel de vida a
fuerza de endeudamiento.
Pero en su opinión a partir de ahora tendrán que acostumbrarse a
vivir "dentro de sus posibilidades" y no está claro todavía cuáles
serán las repercusiones de eso para la economía global, que en los
últimos años ha estado sustentada en gran medida por el inagotable
apetito de los consumidores estadounidenses.
El economista recordó que esta crisis ha destruido el principal
activo de los estadounidenses, la vivienda, que ha sufrido una
fuerte depreciación.
Afirmó, por lo demás, que existe la teoría cada vez más extendida
de que el dólar será incapaz de mantener su actual estatus de divisa
reserva, y que conviene abrir una discusión multilateral sobre las
alternativas. EFE