Bogotá, 8 jun (EFE).- Las autoridades medioambientales de la
capital colombiana ordenaron a las cementeras Cemex, de México, y
Holcim, de Suiza, que suspendan la extracción de materiales para la
industria de la construcción en minas situadas al sur de la ciudad.
La misma orden le fue impartida a la Fundación San Antonio, de la
Arquidiócesis de Bogotá y que explota las minas junto a Cementos de
México (Cemex) y Holcim Colombia, filial del grupo suizo Holcim,
informó hoy el secretario de Ambiente de Bogotá, Juan Antonio Nieto.
El funcionario explicó en un comunicado que, con sus actividades
mineras, las tres empresas cambiaron tres veces el curso del río
Tunjuelo, que discurre por la periferia sur bogotana.
Desde 1950, las minas de gravilla y otros materiales de
construcción de esa parte de la ciudad han sido sometidas a una
explotación intensa que, según la Secretaria Distrital de Ambiente
(SDA), ha supuesto la extracción de "más de 80 millones de metros
cúbicos de material pétreo".
La actividad afectó el llamado acuífero de Tunjuelito, cuya
formación comenzó hace unos dos millones de años, agregó la fuente,
y subrayó que su recuperación sólo es posible con el regreso del
material extraído, por lo que el daño causado es irreversible.
"Las tres empresas adelantaron actividades de explotación del
recurso hídrico subterráneo en el Parque Minero Industrial del
Tunjuelo sin contar con la concesión de aguas", advirtió Nieto, cuyo
despacho las notificó de la suspensión el pasado viernes.
En un comunicado, el funcionario agregó que también las tres "no
respetaron la zona de protección del recurso hídrico superficial y
realizaron actividades que no son permitidas en zona de ronda".
"Por eso deben parar actividades y responder por un daño
ambiental de más de cincuenta años", puntualizó la autoridad
medioambiental, y señaló que las acciones de las empresas llevaron a
que se modificara el lecho del río Tunjuelo, se perdiera su cauce, y
se afectaran sus acuíferos y aguas subterráneas.
Nieto explicó que, además de la orden de suspensión de
actividades mineras, que es preventiva, su despacho abrió contra las
tres empresas un "proceso sancionatorio ambiental" que las expone a
multas diarias de hasta 2.575 millones de pesos (más de 1,35
millones de dólares).
Además, Cemex, Holcim y la Fundación San Antonio deberán
responder por los cargos de utilización, sin concesión o permiso,
del agua y el cauce del río Tunjuelo, así como por incurrir, al
parecer, en "las conductas que atentaron contra el recurso hídrico".
Entre otros impactos, la llanura de inundación del Tunjuelo "se
transformó (...) en grandes hoyos de hasta cien metros de
profundidad" y se "perdió el espacio requerido para que (...)
siguiera naturalmente su curso".
Asimismo, la extracción de materiales ha generado grietas,
hundimientos y deslizamientos en la zona, fenómenos que, según la
SDA, pone en riesgo barriadas y algunas avenidas.
Nieto advirtió que estas empresas sólo podrán retomar las
actividades mineras cuando demuestren que han solucionado los
impactos ambientales que causaron, garanticen la estabilidad del
suelo y cuenten con todos los permisos ambientales para explotar las
minas.
En comunicados por separado divulgados tras el anuncio, las
compañías Cemex y Holcim coincidieron en informar que acatan, pero
no comparten, la decisión de la autoridad ambiental bogotana.
En su nota, Cemex "acata la decisión (...), pero no la comparte,
por lo que expondrá todos los argumentos técnicos y legales que
certifican sus buenas prácticas de explotación, el respeto al medio
ambiente y su compromiso con el bienestar de la comunidad".
Mientras, Holcim dice que "respeta pero no comparte la
resolución, pues considera que carece de sustento legal y que no se
ajusta a la realidad ni a la labor que la compañía realiza".
Por lo tanto, agrega, "instaurará las acciones legales a las que
tiene derecho, a la espera de proteger su buen nombre y viabilizar
cuanto antes su explotación y ejercer sus derechos de operación
minera en un marco de seguridad jurídica y respeto al Estado de
Derecho". EFE