Bogotá, 1 mar (EFE).- Los transportistas de pasajeros urbanos y
taxistas de al menos cinco ciudades colombianas entrarán en paro a
partir de las 02.00 hora local de mañana (07.00 GMT del martes),
sumándose, de esta forman, al cese de actividades que adelantan sus
pares de Bogotá, informaron hoy fuentes del sector.
"Tras las reuniones con las autoridades (y por los) acuerdos
incumplidos, han tomado (los gremios del sector) la decisión de ir a
un paro nacional", señaló al noticiero CMI el vocero de la
Federación Internacional de Transporte Público, Antonio Rodríguez.
A la huelga iniciada hoy en Bogotá, se sumarán este martes las
ciudades de Bucaramanga, Cali, Barranquilla y se esperan las
decisiones que se tomen en las próximas horas en Ibagué, Cúcuta,
Manizales y posiblemente Medellín.
Este lunes en Bogotá no prestaron el servicio las empresas de
autobuses y este martes serán apoyados por el gremio de los taxistas
que tiene unos 21.000 afiliados.
Pese al anuncio de los taxistas, la Alcaldía de Bogotá, ratificó
el "pico y placa" para vehículos particulares, restricción que
prohíbe circular dos días a la semana a vehículos para evitar la
saturación en las calles de la capital.
La mayoría de los huelguistas temen que con la entrada de los
sistemas articulados y la redistribución de rutas, especialmente, en
Bogotá, los saquen del negocio, al tiempo que reclaman mejores
indemnizaciones en caso de que sus vehículos salgan de prestar el
servicio por viejos.
El caos se tomó hoy la capital de Colombia, Bogotá, a causa de
los disturbios generados por la huelga indefinida de más de 16.500
vehículos de transporte público de la Asociación de Pequeños
Transportadores (Apetrans), que reclama ser incluida en el nuevo
Sistema Integrado de Transporte Público.
Los principales puntos de conflicto se concentraron en los
extremos de la ciudad, especialmente en los barrios del sur, donde
varios autobuses fueron apedreados y se registraron enfrentamientos
con la Policía.
De momento, según reportes de las autoridades bogotanas, hay 24
personas detenidas, de las cuales nueve han pasado a órdenes de
fiscales que les definirán sus situación en las próximas horas.
"No es un paro; es una presión que no podemos aceptar, no estamos
de acuerdo", dijo hoy en rueda de prensa el alcalde bogotano, Samuel
Moreno, que advirtió de que "los intereses de unos pocos están
perjudicando a millones de usuarios, no podemos aceptarlo".
Apetrans convocó el paro de cerca de sus cerca de 16.500 buses,
busetas y transportes colectivos desde las cero horas de hoy lunes,
con el objetivo de presionar a la Alcaldía y ser incluidos en el
marco del nuevo Sistema Integrado de Transporte Público (SIPT), del
que consideran que han quedado relegados.
El SIPT, que promueven las autoridades locales, busca reorganizar
el desordenado servicio de movilización ciudadana en Bogotá (rutas,
tarifas, frecuencias, paradas, etc.), e incluye modos
complementarios de traslado como los trenes de cercanías y un futuro
metro.