Washington, 1 sep (EFE).- British Petroleum (BP) espera retirar
mañana el tapón de cemento de su pozo averiado en el Golfo de México
para rescatar una prueba clave en la investigación sobre las causas
del vertido, una compleja operación que ha acumulado días de retraso
debido al mal tiempo.
"Si todo está en orden, empezaremos a retirar el tapón de cemento
mañana alrededor del mediodía, y evaluaremos el estado del mar y del
pozo para dar el siguiente paso", dijo hoy el encargado de la
respuesta del Gobierno de EE.U.U al vertido, Thad Allen.
Los equipos de BP esperaban emprender este plan el lunes, pero la
presencia de olas de más de 2 metros de altura les forzó a aplazar
la operación, que retirará el sello que hace tres semanas detuvo el
flujo de petróleo que manaba al océano.
La razón por la que los equipos deshacen el camino andado es la
necesidad de recuperar el sistema de prevención de derrames (BOP,
por su sigla en inglés), un conjunto de válvulas que debía haberse
activado cuando se produjo el accidente y que el Departamento de
Justicia reclama ahora para su investigación sobre el vertido.
Para extraer el BOP, de 15 metros de largo y más de 270.000
kilogramos de peso, las olas del mar no deberían superar los 1,20
metros de altura, según señaló hoy Allen en una conferencia
telefónica.
Si se mantienen dentro de ese límite y la presión en el pozo no
se descontrola tras retirar el tapón, los equipos esperan dar luz
verde a la extracción del BOP "antes del domingo", explicó.
Una sofisticada grúa diseñada para levantar el pesado artefacto
está ya situada a 5.500 metros bajo la superficie marina, y será
capaz de emplear más de 36 toneladas de fuerza.
El "movimiento pendular" que describirá el BOP una vez levantado,
cuando quede suspendido a unos 1.500 metros bajo la superficie, es
una de las razones por las que Allen decidió aplazar el plan.
"El éxito de la operación depende de la combinación de la altura
de las olas y su frecuencia. Ahora no podríamos hacerlo", explicó.
Allen también está preocupado por la posibilidad de que una
tubería de casi un kilómetro de longitud, que se partió durante el
accidente en la plataforma de BP, haya quedado adherida al BOP
debido a la mezcla de cemento aplicada para sellar el pozo.
En ese caso, los equipos abrirán manualmente las válvulas del
mismo "para levantarlo y poder cortar la tubería en la boca del
manantial", lo que supondría un nuevo retraso.
El sistema de válvulas, que será reemplazado por uno nuevo
procedente de otro pozo, será finalmente llevado hasta la costa para
analizar las causas del fallo en su funcionamiento.
Los ingenieros podrán lanzar entonces la operación final de
sellado del pozo, que consiste en terminar de excavar un conducto
auxiliar situado a 15 metros de distancia de la base del pozo
"Macondo", para taponar también su parte inferior y abandonarlo
definitivamente.
Allen calculó hoy que esta operación podrá comenzar "la semana
que viene", pero reiteró que dependerá de las condiciones de presión
dentro del pozo, que volverá a ser taponado previamente.
El almirante retirado informó también de que el Gobierno está
impulsando encuentros con universidades del Golfo de México para
"analizar el nivel de hidrocarburos que aún queda en el agua".
Para ello, los científicos han tomado "más de 27.000 millones de
muestras de agua" que están enviando a distintos laboratorios
universitarios para "conseguir una visión unificada y objetiva del
tipo de amenaza que sigue en el fondo".
Según un informe del Gobierno divulgado en agosto, el vertido de
BP liberó 4,9 millones de barriles de petróleo al océano entre abril
y julio, pero casi un 75 por ciento de esa cantidad se ha eliminado
mediante la evaporación, disolución o incendios controlados.
Sin embargo, cada vez son más los estudios científicos que ponen
en duda la exactitud de esa estimación, y el consenso de los
expertos parece ser que la mayoría del petróleo sigue aún en las
aguas del Golfo. EFE