Berlín, 18 oct (EFE).- La Unión de la canciller alemana, Angela
Merkel, y sus virtuales nuevos socios de gobierno, los liberales, se
dieron hoy otra semana de plazo hasta la ratificación de un pacto de
coalición con vistas a resolver los disensos pendientes en materia
fiscal y sanitaria.
Tras maratonianas reuniones del viernes al domingo, salpicadas
por supuestos de amagos de ruptura, los tres partidos implicados
-Unión Cristianodemócrata y su hermanada Unión Socialcristiana de
Baviera (CDU/CSU), más el Partido Liberal (FDP)- convocaron
congresos extraordinarios para votar un pacto de coalición.
El FDP someterá a la ratificación de sus delegados el acuerdo el
domingo 25, mientras que la CDU/CSU lo harán en sendos congresos, el
lunes siguientes, informaron fuentes de las tres formaciones.
Según lo previsto, el nuevo Bundestag (Parlamento federal) se
constituirá el día 27 y, si las negociaciones en curso se han
saldado con éxito, Merkel se someterá a su votación el día 28.
Merkel, presidenta de la CDU, mantuvo hoy con sus homólogos de la
CSU y el FDP, Horst Sehofer y Guido Westerwelle, varias rondas en el
formato "confesionario" en busca de acuerdos para la próxima semana.
La sesión del sábado se saldó con un choque frontal entre
Westerwelle y Christian Wulff, primer ministro de Baja Sajonia y
vicepresidente de la CDU, según relataban hoy medios alemanes, en
que el líder liberal amenazó con que no habría pacto de coalición.
El desencadenante fue un ataque de Wulff contra las pretensiones
del FDP de llevar adelante unas rebajas fiscales que, para la CDU,
no son realistas por la situaciones de las arcas públicas. Wulff
llegó a acusar a Westerwelle de poco serio y a calificar sus planes
fiscales de "vuelo a ciegas".
A Merkel le correspondió el papel de moderadora, según coinciden
en relatar televisiones públicas y privadas. Diversos representantes
de los futuros socios quitaron hoy hierro a lo ocurrido y afirmaron
que se avanza hacia un acuerdo.
El disenso fiscal es el más evidente, pero no el único, puesto
que asimismo persisten, cuando menos, diferencias en materia de la
sanidad pública, donde el FDP pretende recortar costes.
Sí hubo acuerdo en cuanto a replantear el calendario del cierre
de las 17 plantas atómicas aún existentes. Según el pacto aprobado
en 2000 por el gobierno rojiverde de Gerhard Schröder, la última
central debía dejar de funcionar a más tardar a lo largo de 2021, de
manera que el 2022 se habría dicho adiós a esa fuente de energía.
La Unión y el FDP están de acuerdo en prolongar la vida de las
centrales más modernas y seguras, por un periodo aún no detallado,
lo que ha reactivado las protestas de los antinucleares.
Desde que se abrieron las negociaciones, dos semanas atrás,
centenares de jóvenes han llevado a cabo protestas.
Hoy de las protestas más o menos ruidosas, se pasó a sentadas y
otras acciones de bloqueo ante la representación del estado de
Renania del Norte-Westfalia, donde se reúnen los futuros socios. EFE