MADRID (Reuters) - El seleccionador español, Luis Enrique, prometió una evolución más que una revolución cuando se hizo cargo de la selección nacional tras su desastroso Mundial de este año, cuando España cayó eliminada en octavos de final.
Tres victorias en sus primeros tres encuentros, incluyendo un dominante 2-1 frente a Inglaterra en Wembley y un 6-0 frente a Croacia, finalista del Mundial, hicieron que los aficionados creyeran que La Roja estaba volviendo a su mejor momento.
Con el incondicional madridista Sergio Ramos liderando al equipo y un ataque encabezado por gente como Isco y Saúl Ñíguez, la España de Luis Enrique parecía tener toda la soberbia que tuvo la escuadra que conquistó el Mundial de 2010.
Sin embargo, en realidad ha habido un poco de todo para el exentrenador del Barcelona, con dos victorias y dos derrotas en cuatro partidos de la Liga de Naciones de la UEFA.
Después del éxito inicial, que también incluyó una victoria por 4-1 en un amistoso frente a Gales, las derrotas sucesivas por 3-2 ante Inglaterra y Croacia han dejado a España fuera de las semifinales de la nueva competición y más preguntas que respuestas para el técnico de 48 años.
"La situación es la que es, y cuando llegamos a la selección ya sabíamos lo que había, de dónde veníamos en el Mundial. Estamos en un proceso de cambio generacional y estamos intentando crear un equipo", dijo Luis Enrique. "El objetivo es buscar la clasificación para la Eurocopa", añadió.
Para que España pueda cumplir con su condición de favorito para la Eurocopa de dentro de dos años, tiene mucho que mejorar.
Hasta ahora, Luis Enrique ha utilizado a 33 jugadores -lo máximo que un entrenador español ha hecho en sus seis primeros partidos desde 1982- lo que demuestra que quizá no sabe cuáles son sus mejores once jugadores.
Ha lidiado con el duro golpe de la salida de David Silva y Gerard Piqué antes de que asumiera el cargo, y ha sido especialmente difícil sustituir al segundo.
Ni Nacho del Real Madrid ni Íñigo Martínez del Athletic de Bilbao han convencido al seleccionador a nivel internacional.
La baja forma de Sergio Ramos tampoco ha ayudado. Sin embargo, la afición y los críticos señalan a David de Gea como el principal problema.
El portero del Manchester United no ha podido trasladar a la selección española la buena forma en su club y, después de encajar siete goles en cuatro partidos de la Liga de Naciones, muchos creen que Kepa Arrizabalaga del Chelsea debería ser el portero.
Aparte de la derrota ante Croacia, España tampoco se encuentra a la vanguardia de cara al futuro.
Si quiere avanzar, España necesita un equipo de reserva en el que pueda confiar.
(Información de Joseph Cassinelli; Traducido por Blanca Rodríguez y Alba Calejero en la redacción de Madrid)