Unirse para establecer sinergias y ser más visibles y relevantes es el principal objetivo de Inversores IN, el primer fondo descentralizado de inversión inmobiliaria de nuestro país. Una iniciativa que se dio a conocer en público este fin de semana durante la celebración del INDay, un evento multitudinario que reunió a 600 personas en el multiespacio Very Big Space de Elche (Alicante).
Basado en el autogobierno y la cooperación, el fondo se presenta como un punto de encuentro en el que pequeños inversores y ahorradores puedan compartir oportunidades para acometer operaciones inmobiliarias de forma conjunta o individual.
Los miembros se alían en un mismo plano, de manera que todos pueden liderar inversiones y/o participar en ellas en función de sus intereses y posibilidades. Un concepto innovador que evoluciona el diálogo y las conexiones que tradicionalmente han regido el sector inmobiliario para favorecer la asociación entre personas ubicadas en diferentes puntos de España que persiguen un mismo fin.
A diferencia de otros fondos de inversión, en Inversores IN nadie gestiona el dinero de nadie. Cada cual es responsable de su capital y decide en todo momento qué hacer con él. Sus integrantes, por tanto, son personas que entienden el mercado inmobiliario y saben operar y manejar sus propios recursos. Un conocimiento adquirido a través de las enseñanzas de José Muñoz, quien lidera este proyecto articulado en torno al INClub, la primera comunidad de inversores inmobiliarios de España.
"Es un fondo descentralizado que funciona de manera totalmente autónoma e independiente, ya que son los propios miembros de la comunidad, conocedores de lo que necesitan para hacer inversiones rentables, los que se convierten libremente en socios entre sí, sin intermediarios ni comisiones de ningún tipo", manifiesta José Muñoz, creador de la iniciativa.
Una visión compartida
Las oportunidades inmobiliarias no son localizadas por ningún algoritmo ni llegan a través de una plataforma concreta, sino que detrás de todo el proceso hay un diálogo humano basado en la búsqueda constante y el intercambio de ideas. La viabilidad y rentabilidad de las operaciones se calcula aplicando un sistema propio de análisis que todos conocen a la perfección.
Además de un mismo criterio, los integrantes comparten una meta común superior a los objetivos individuales de cada uno, que responde al principio Comprar—Aportar valor—Vender o alquilar. Por esta razón, a través del fondo, solo se adquieren edificios y/o viviendas con problemas urbanísticos para reformar, promociones sin acabar, viviendas okupadas y/o viviendas provenientes de cesiones de remate. En definitiva, inmuebles indisponibles que son devueltos al mercado tras solventar los problemas planteados. Una forma de contribuir a mejorar la salud y la oferta del parque de viviendas de compra o alquiler, a la vez que construir su propio patrimonio.
La comunicación entre los miembros se establece principalmente a través de una plataforma virtual, donde se van creando hilos diferenciados para anunciar nuevas oportunidades por zonas, reunir financiación para grandes proyectos o informar sobre el avance de operaciones ya iniciadas. Asimismo, la comunidad cuenta con un canal específico, INportunity, para que las inmobiliarias puedan ofrecer sus activos directamente a los integrantes de este fondo descentralizado.
Un océano azul de oportunidades y ventajas
A día de hoy, el fondo aglutina a más de mil pequeños inversores y ahorradores con perfiles muy variados: funcionarios, autónomos, trabajadores por cuenta ajena, policías, profesores, personal sanitario, profesionales del sector inmobiliario, etc. Juntos, reúnen un capital que ya supera los 50 millones de euros. Esta cuantía es el resultado de la suma del dinero que cada cual está dispuesto a invertir en sus respectivas zonas de actuación (sin limitaciones mínimas ni máximas) y que se distribuye por todo el territorio nacional, incluyendo Islas Baleares y Canarias.
Dentro de la comunidad, hay personas que disponen de más tiempo que capital, cuyo principal cometido es localizar y promover oportunidades, bien para obtener una gratificación por ello, bien para reunir el capital necesario y liderar la operación. Por su parte, aquellos que disponen de capital, pero no de tiempo, se mantienen atentos a las propuestas para aprovechar las sinergias que se generan. De modo que todos los integrantes del fondo, sea cual sea su situación, encuentran su lugar para beneficiarse de numerosas ventajas.
Mariano Rubio, profesional del sector inmobiliario desde hace 25 años e integrante del INClub, reconoce que su entrada en el Programa IN le ha permitido comprender problemáticas complejas que nunca había trabajado antes como okupación, locales para cambio de uso, etc. y le ha proporcionado "el escenario perfecto para participar en inversiones inmobiliarias a las que, de otro modo, no habría tenido acceso".
Por su parte, Vicente Mayenco, otro de los miembros de Inversores IN, destaca que se trata de «una oportunidad inmensa para hacer crecer su capital y conocer personas afines con las que alcanzar metas comunes».
Creando alianzas y colaborando entre sí no solo consiguen tener acceso a más oportunidades de inversión y operaciones de gran calibre, sino que obtienen mayores facilidades para alcanzar acuerdos ventajosos con proveedores de servicios relacionados con el sector como inmobiliarias, entidades bancarias y/o financieras, aseguradoras, profesionales de la construcción y las reformas (arquitectos, electricistas, fontaneros, carpinteros…), tiendas de muebles y electrodomésticos, etc. Algo que, sin lugar a dudas, propicia la activación de la economía local.
Pese a que no hay ningún objetivo económico fijado más allá de ser capaces de atraer las mejores oportunidades de inversión, desde su lanzamiento en abril de 2022, a través del fondo se han llevado a cabo, con éxito, un centenar de operaciones individuales y se han comprado cinco edificios de forma conjunta en distintas ubicaciones de España.