Santiago de Chile, 11 dic (EFE).- La economía argentina creció un 4,5 % durante 2013, tras la fuerte desaceleración registrada en 2012, pero para el año que viene se prevé un aumento del PIB del 2,6 %, según estimaciones difundidas hoy por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En su balance preliminar de la economía de América Latina y el Caribe, la Cepal contrasta los buenos resultados en cuanto a actividad con una mayor fragilidad en el sector externo.
El aumento del déficit de cuenta corriente y un acceso limitado a fuentes de crédito externo han provocado una profunda caída de las reservas internacionales, que pasaron de 43.290 millones de dólares a fines de 2012 a unos 31.000 millones a fines de octubre de 2013, señala la Cepal.
En materia de política económica, las principales medidas adoptadas durante 2013 se relacionan, de manera directa o indirecta, con el desempeño del sector externo.
En un régimen cambiario de flotación administrada, se aceleró el ritmo de devaluación nominal del peso, que se depreció un 24 % con respecto al dólar entre octubre de 2013 y el mismo mes de 2012, en contraste con una devaluación nominal del 12 % del año anterior, al tiempo que se convalidó cierto aumento de las tasas de interés.
El informe de la Cepal recoge también las medidas administrativas adoptadas en esta materia. Así, por ejemplo, para atenuar los gastos de consumo efectuados por ciudadanos argentinos en el extranjero se aumentó del 15 % al 20 % (y más recientemente al 35 %) el recargo a compras realizadas con tarjetas de crédito o débito o por Internet.
Y para incentivar el ingreso de divisas, se sancionó una ley de "blanqueo de capitales" orientada a permitir la incorporación a la la economía formal de divisas extranjeras no declaradas.
También se adoptaron medidas encaminadas a reducir la tendencia alcista del nivel de precios, en particular, la instauración de una política de congelación de precios aplicada a productos de la cesta familiar.
Para evitar la contracción del mercado interno, se aumentó el mínimo salarial a partir del cual se exige el pago del impuesto a las ganancias para las personas físicas y se introdujeron diversas medidas para estimular el crédito al sector privado.
En el plano fiscal, la Cepal estima que la política del Gobierno argentino tuvo un sesgo expansivo, basado en un ritmo de crecimiento del gasto primario (32,7 %) levemente superior al del crecimiento de los ingresos (32,2 %) y del producto nominal (25,8 %).
Dentro del gasto primario, los gastos corrientes crecieron un 31 % interanual, debido principalmente al incremento de las prestaciones de la seguridad social, que aumentaron un 32 % en el mismo período gracias a un número mayor de beneficiarios y a la actualización del monto de las cotizaciones.
En cuanto a los gastos corrientes se destacan los subsidios al consumo de servicios públicos, especialmente en el área metropolitana de Buenos Aires, que rondarían el 3,8 % del PIB en 2013, menores que los de años anteriores (un 4,2 % en 2011 y un 4,3 % en 2012).
Los gastos de capital crecieron un 43 % interanual, mientras que por el lado de los ingresos, en el acumulado hasta septiembre, los recursos tributarios del sector público aumentaron un 25 % interanual, es decir, menos que el gasto.
Esto representa, en el acumulado hasta agosto, un superávit primario cercano al 0,3 % del PIB para el sector público y un déficit global en torno al 1,1 %, similar al de 2012 en el mismo período. EFE