Al igual que muchos otros países del sur de Europa, Portugal debe buena parte de su economía al turismo. Como ya se temía, este verano va ser una auténtica prueba de fuego para el sector, que ha visto como la tasa de ocupación en los alquileres a corto plazo ha descendido drásticamente. La inversión en este tipo de alquileres ha disminuido cerca de un 90% en comparación con el año pasado. En Lisboa, la inversión cayó casi un 87%, y en Oporto un 70%.
"El año pasado tuvimos una tasa de ocupación del 80 al 90%", nos confiesa un propietario. "Ahora está en el 15%. La mayoría de las casas están vacías".
Los propietarios, con el agua al cuelloAlgunos empresarios viven actualmente situaciones dramáticas. Debido a que son dueños de negocios, no se les permite cobrar el subsidio de desempleo, y han tenido que recurrir a planes de despido o a microcréditos, aunque para muchos no ha sido suficiente. Algunos han optado por cambiar de negocio.
"La mayoría de nosotros somos empresarios autónomos y estamos excluidos de la seguridad social" nos explica el presidente de la Asociación de alquileres a corto plazo, Eduardo Miranda. "Aunque queramos pagar deducciones a la seguridad social no podemos, y no podemos cobrar ninguna prestación por desempleo. Se trata de una situación muy frágil y dramática para nosotros".
El Algarve, una de las zonas más solicitadas del país, es una muestra clara. En abril de 2019 se alquilaron 627 casas, por las 54 de este año. A la espera de la llegada de julio y agosto, los empresarios confían en que el turista vaya perdiendo al miedo y se anime a volver a Portugal.