Bruselas, 31 may (.).- La Oficina Antifraude de la Unión Europea (OLAF) recomendó a la UE que recupere 631 millones de euros malversados en 2016, un dinero que "regresará gradualmente al presupuesto" comunitario para "financiar proyectos y estimular el crecimiento y el empleo", según su informe anual publicado hoy.
La cantidad que esa oficina antifraude "recomendó" recuperar es menor que los 888 millones de 2015 y los 901 millones de 2014, pero muy superior a las cantidades señaladas en 2012 y 2013, con 248 y 408 millones, respectivamente.
El director de la OLAF, Giovanni Kessler, señaló que el informe presenta "tendencias" comunes en las investigaciones, como que "las licitaciones públicas son atractivas para los defraudadores", el incremento del "uso de cuentas opacas ("offshore") para esconder las ganancias ilícitas" y el hecho de que la "corrupción es todavía un aspecto casi universal" en los casos analizados.
La oficina encargada de velar contra la corrupción en las instituciones europeas recibió 1.157 indicaciones de posibles fraudes, abrió 219 investigaciones y concluyó 272 en curso, con una media por caso de 18,9 meses, un récord, indica el estudio.
Por tipo de fraude, donde más procedimientos se iniciaron fue en casos relativos a fondos estructurales (69 investigaciones), aduanas y comercio (60), gastos centralizados (59), ayuda externa (52) y personal de la Unión Europea (48).
Como resultado de esas investigaciones, la oficina europea cursó 346 "recomendaciones" a los estados miembros o a las instituciones comunitarias, si bien el informe apenas ofrece detalles de las mismas.
La OLAF, cuyo mandato le permite investigar cualquier tipo de proyecto al que se destinen fondos europeos, dentro o fuera de la UE, sí especificó que en el caso de España la autoridades judiciales emprendieron acciones en el 38 % de las 28 recomendaciones señaladas, por debajo del 44 % de la media europea.
Esa oficina, creada en 1999, ofreció en su informe relativo a 2016 algunos ejemplos comunes de fraude, como los casos relacionados con las importaciones textiles que provienen de China que entran en la UE por barco a través del Reino Unido o Alemania reduciendo "fraudulentamente" las cargas a la que deberían estar sometidos.
Esos productos después son "re-exportados a través de compañías opacas hacia direcciones no existentes", logrando que se pierda el rastro de los impuestos que deberían haber pagado.
Finalmente, las prendas terminan en mercados negros de países de la UE, perjudicando "principalmente a estados miembros como Francia, España, Alemania e Italia".
Pero ese tipo de sistema no se circunscribe exclusivamente al textil, sino que afecta también a otros productos que pueden resultar más peligrosos para el destinatario final, como los rodamientos para maquinaria industrial.
Es el caso de una investigación aún en curso que la OLAF abrió en 2016 a partir de una notificación de las autoridades checas, que detectaron rodamientos falsificados llegados de China.
La Oficina Antifraude de la Unión Europea transmitió la información a los otros 27 estados miembros de la UE y Francia, a continuación, informó sobre tres contenedores con 21 toneladas de rodamientos ilícitos que se dirigían a España.
La OLAF transmitió esa información a las autoridades españolas, que inspeccionaron la empresa en cuestión y detectaron 3 toneladas de rodamientos falsificados en lo que parecía un esquema de fraude global.
La oficina europea contactó entonces con las autoridades de Pekín y de Hong Kong para investigar a la matriz china y las pesquisas siguen su curso.
La OLAF es independiente en su labor de investigación pero también contribuye a las iniciativas legislativas de la Comisión Europea en el ámbito de la protección contra el fraude.
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