Por Laurie Goering
LONDRES (Thomson Reuters Foundation) - Los abrasadores días de verano son cada vez más intensos en las grandes ciudades del mundo a un ritmo significativamente más rápido que el aumento promedio de las temperaturas a nivel mundial, una tendencia que podría significar olas de calor urbanas más mortales en los próximos años, dijeron científicos.
En ciudades como París, Houston, Moscú y Pekín, el nivel de calor en los días más calurosos del verano ha crecido en los últimos 50 años dos o tres veces más rápido que la temperatura general relacionada con el cambio climático, dijeron investigadores de la Universidad de California-Irvine.
La tendencia es particularmente pronunciada en Europa, el este de Asia y algunas partes de Australia, señalaron los especialistas en un informe en la revista Earth's Future.
Las temperaturas extremas son una gran amenaza para la salud en el mundo, dicen funcionarios de salud. Con más de la mitad de la población mundial viviendo en ciudades -una tendencia que se extenderá al 65 por ciento de los humanos en 2050- los calores extremos en las ciudades podrían poner en riesgo a miles de millones, especialmente a los pobres, dijeron los especialistas.
"Hay más de 1.000 millones de personas que viven en la pobreza extrema, muchas de ellas en megaciudades y grandes centros urbanos. Estas personas luchan por sobrevivir", dijo Simon Michael Papalexiou, ingeniero ambiental y autor principal del estudio.
La mayoría no tiene acceso a aire condicionado u otras alternativas para protegerse, dijo Papalexiou en una entrevista con la Fundación Thomson Reuters. Con la creciente desigualdad de ingresos, la cantidad de pobres urbanos sin recursos para hacer frente al calor extremo seguirá creciendo.
El estudio, que analizó datos de 9.000 estaciones meteorológicas de todo el mundo, descubrió que las temperaturas globales promedio han aumentado un promedio de 0,2 grados centígrados por década durante los últimos 50 años.
Pero en París, el aumento por década de las temperaturas más altas registradas fue de casi 1 grado Celsius, hallaron los investigadores. Algo similar ocurre en ciudades como Barcelona, Houston, Moscú y Pekín.
Tales aumentos han contribuido a desastres por olas de calor como los 70.000 muertos en Europa en 2003 y alrededor de 55.000 fallecidos en Rusia en 2010, señala el informe.
Papalexiou sostuvo que hacer ciudades más verdes e "inteligentes", con cambios a los estilos arquitectónicos y mayores áreas verdes con árboles y plantas que puedan reducir las temperaturas, también será crucial para reducir la amenaza.
"Son los factores sociales, económicos y políticos" los que determinarán en gran medida cuán flexibles son las ciudades del futuro para el creciente riesgo de calores, destacó.