Durante su comparecencia ante el Congreso el miércoles, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, reiteró su postura sobre la futura dirección de la política monetaria.
Afirmó que si la economía evoluciona como espera la Reserva Federal, podría estar justificada una bajada de los tipos de interés más adelante en el año.
Powell se mostró optimista sobre la capacidad de la economía para expandirse manteniendo bajos niveles de desempleo y reduciendo las tasas de inflación.
En particular, el jefe del banco central de Estados Unidos reconoció los avances hacia la reducción de la inflación, afirmando que tiene "cierta confianza" en que la inflación volverá al objetivo del 2%.
Mencionó que "pruebas adicionales" reforzarían aún más su confianza, explicando que para que la Reserva Federal contemple la posibilidad de bajar los tipos de interés, no es necesario que las cifras de inflación muestren una mejora, sino que deben seguir el patrón actual.
Los analistas financieros de Bank of America comentaron sus declaraciones:
"No describiríamos los comentarios de Powell como inclinados hacia una relajación de la política monetaria, pero si eligió sus palabras deliberadamente, entonces el umbral para reducir los tipos de interés no parece particularmente alto. Creemos que es sensato esperar que la primera reducción de los tipos de interés se produzca en junio."
"Powell podría haber adoptado una postura más cautelosa destacando la preocupación por que la economía y la inflación vuelvan a acelerarse, lo que habría hecho menos probable el inicio en junio de un periodo de política monetaria más laxa", continuaron.
Sin embargo, lo más lejos que llegó Powell en este sentido fue a subrayar la importancia de una evaluación "exhaustiva" de la fortaleza de la economía antes de cualquier medida de relajación de la política monetaria.
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