Madrid, 28 ene (.).- Bankia (MC:BKIA) ha obtenido un beneficio neto de 541 millones de euros en 2019, un 23 % menos que un año antes, debido al menor resultado logrado con la rotación de carteras de renta fija y a unas mayores provisiones asociadas al coste de la venta de activos improductivos.
En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la entidad explica que la dotación a provisiones y otros resultados se ha elevado hasta 673 millones de euros, asociados al coste de la venta de carteras de crédito y activos adjudicados, principalmente en el segundo semestre del año.
En el cuarto trimestre estanco, las cuentas han arrojado unas pérdidas de 34 millones, algo inferiores a los 40 millones perdidos en el mismo trimestre del año anterior, lo que la entidad atribuye, en parte, a la contribución al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).
Pese a la caída del beneficio neto, el resultado del negocio puramente bancario o "core" ha crecido un 3,5 % en 2019, hasta 1.287 millones, tras estabilizarse los ingresos y reducirse los gastos más de lo previsto, según ha destacado el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri.
También ha asegurado que 2019 "ha sido el mejor año en términos comerciales desde la creación de Bankia" que, asimismo, ha registrado un nuevo incremento del nivel de solvencia, hasta cerrar, por primera vez un ejercicio, por encima del 13 %.
La entidad prosigue con la devolución de ayudas públicas y superará los 3.300 millones retornados a los contribuyentes una vez se abone el dividendo, un total de 355 millones de los que el Estado cobrará 220, gracias a su participación del 61,8 % en Bankia a través del FROB.
Bankia también destaca que las ventas por canales digitales superan ya el 36 % del total, 20 puntos porcentuales más que hace dos años (15,9 %) y por encima del objetivo del Plan Estratégico para 2020 (35 %).
El número de clientes digitales ha seguido aumentando y representa ya el 53,3 % del total, tras crecer casi 13 puntos porcentuales en los últimos dos años.
Por otra parte, los activos improductivos netos (créditos dudosos y activos adjudicados) han disminuido en 2.500 millones y se han situado en 8.350 millones brutos al finalizar diciembre, un 23,2 % menos que un año antes.
Los riesgos dudosos brutos se han reducido en casi 2.000 millones de euros entre enero y diciembre, hasta los 6.465 millones (-23,2 %), con lo que la morosidad ha cerrado el ejercicio en el 5 %, tras bajar 1,5 puntos en comparación interanual.
Y todo ello para una cartera crediticia neta de 117.444 millones de euros, que ha bajado un 0,7 % en comparación con diciembre de 2018.
Los depósitos de la clientela se han reducido algo más, un 1,2 %, hasta los 124.785 millones, en tanto que los recursos totales de la clientela dentro y fuera del balance han crecido un 1,4 % y han sumado 174.267 millones, lo que ha ayudado a elevar los activos totales un 1,6 %, a 208.468 millones.
En cuanto a los principales márgenes de la cuenta, el de intereses, que recoge la mayor parte de los ingresos, se ha reducido un 1,3 % y quedado en 2.023 millones, en tanto que el bruto, que añade los ingresos por comisiones, se ha situado en 3.245 millones tras retroceder un 3,6 %.