MADRID (Reuters) - La banca española dispone de margen para reducir el tamaño de sus redes, lo que puede ayudarles a afrontar el reto de unos tipos de interés en mínimos que mantienen sus ratios de rentabilidad alejados de los niveles anteriores a la crisis, dijo el miércoles el Banco de España.
"El entorno de bajos tipos de interés plantea retos importantes a los bancos españoles en los próximos años, que deberán seguir mejorando su eficiencia operativa y gestionar adecuadamente sus riesgos", dijo el banco emisor en su informe de estabilidad financiera de mayo.
A pesar reconocer que tras el proceso de concentración en el sector financiero español, la brecha se ha reducido en términos de oficinas por habitante con respecto a sus socios de la eurozona, el sistema bancario español es el que todavía tiene más sucursales por habitante "con un número elevado de oficinas de pequeño tamaño".
"El entorno de tipos de interés muy bajos, que presiona sustancialmente a la baja los márgenes, junto con un nivel de actividad bancaria todavía contrayéndose, va a obligar a los bancos españoles a seguir reflexionando sobre el papel que juegan las oficinas en su estrategia de negocio", dijo el Banco de España
A cierre de 2014, la rentabilidad sobre recursos propios (ROE) del sector se elevó al 6,6 por ciento desde el 5,2 por ciento de 2013, pero está todavía muy alejado de los niveles superiores al 20 por ciento de antes de la crisis o del 12 por ciento que reclaman los mercados..
En un contexto de caída de las provisiones y menores costes de financiación, el margen de intereses ya empezó a reflejar a cierre de 2014 una mejora del 4,7 por ciento.
No obstante, la banca ya está empezando a sufrir en sus cuentas la creciente competencia por el negocio crediticio-- que el propio Banco de España reconoció que apunta en "la dirección de una mejora" --, que está presionando sus diferenciales.
En este escenario de leve mejora del préstamo, el ratio de mora en el crédito de familias para la compra de vivienda bajó en 2014 al 5,7 por ciento desde el 5,8 por ciento en un ejercicio en el que además los activos dudosos de la banca cayeron un 10,2 por ciento interanual, en lo que fue su primer descenso desde el inicio de la crisis.