Washington, 1 may (.).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró este lunes que el sistema bancario está "sano y salvo" tras la intervención y venta del First Republic Bank, el tercer banco estadounidense en sucumbir a la tormenta financiera que estalló en marzo.
Biden se congratuló por las acciones que tomó en las últimas horas la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC), agencia federal independiente de EE.UU. para seguros, con el fin de facilitar la licitación del quebrado First Republic Bank, cuyos activos ha adquirido JPMorgan Chase (NYSE:JPM).
"Estas acciones garantizarán que el sistema bancario esté sano y salvo, y eso incluye proteger a pequeñas empresas de todo el país que necesitan poder pagar la nómina a sus trabajadores", dijo el mandatario en un evento en la Casa Blanca destinado a promocionar los pequeños negocios.
Biden afirmó que, gracias a la intervención y venta del First Republic Bank, todos los estadounidenses que tengan cuentas en esa entidad podrán seguir accediendo a sus ahorros.
Destacó también que el rescate de First Republic Bank se ha realizado sin usar el dinero de los contribuyentes de Estados Unidos, ya que JPMorgan Chase ha asumido todos sus depósitos y prácticamente todos sus activos.
En la crisis financiera de 2008, el entonces presidente George W. Bush (2001-2008) sí que tuvo que usar el dinero de las arcas del Estado para financiar un rescate de 700.000 millones de dólares para bancos y otros servicios del sector financiero.
A primera hora de este lunes, FDIC anunció que JPMorgan Chase había ganado la licitación para comprar los activos del First Republic Bank.
Hasta el 13 de abril, First Republic Bank que se encontraba entre los 15 bancos más grandes del país, tenía aproximadamente 229.100 millones de dólares en activos totales y otros 103.900 millones en depósitos totales.
El banco, que ya había sido rescatado con un fondo de 30.000 millones de dólares aportados por las principales empresas financieras del país, entre ellas JPMorgan, se volvió a hundir tras anunciar sus resultados trimestrales en los que desveló que durante el peor momento de la crisis llegó a perder 100.000 millones de dólares de depósitos.