Copenhague, 21 abr (.).- El hundimiento de la fragata KNM Helge Ingstad, construida por los astilleros españoles Navantia, pudo evitarse si la tripulación hubiera adoptado las medidas apropiadas, concluyó hoy la comisión investigadora de este país nórdico.
El informe resalta varios errores y estimaciones graves cometidos después de que la fragata chocara con un carguero, pero apunta también a la Armada noruega por no proporcionar de forma previa a la tripulación la formación adecuada para actuar en un caso así.
"Puertas, escotillas y otras aperturas que se suponen debían estar cerradas para mantener la estabilidad y flotabilidad no fueron cerradas por la tripulación en el momento de la evacuación", explica el informe, que destaca que esto podría haber evitado el hundimiento.
La Comisión de Investigación de Accidentes de Transporte noruega había mencionado en un primer estudio provisional en 2018 un fallo de seguridad "crítico" en la fragata relacionado con la estanqueidad (impermeabilidad) y envió varias alertas de seguridad al respecto.
Navantia había asegurado entonces que el diseño cumplía con las certificaciones internacionales y, en concreto, la reglamentación sobre longitud máxima de inundación soportable, lo que permite al barco mantenerse a flote aunque se inunden sus compartimentos.
En el informe difundido hoy se resalta que los cálculos sobre estabilidad realizados muestran que "ni la encalladura ni la inundación a través de los huecos de los ejes de hélice fueron un factor decisivo en provocar el hundimiento, ya que el error de no cerrarla habría provocado que se hundiese de todas formas".
La comisión menciona atenuantes como los daños sufridos por el choque, la incertidumbre sobre si había muertos, la impresión de que el puente no podía controlar la dirección ni propulsión y que el accidente fue de madrugada y con parte de la tripulación durmiendo.
"La investigación ha mostrado que esfuerzos para prevenir el hundimiento y priorizar las medidas adecuadas podrían haber ayudado a controlar la situación. Pero para que la tripulación pudiera considerar otras acciones debería tener un mejor entendimiento de la estabilidad de la fragata", consta en un comunicado.
La actuación de la tripulación, atendiendo a las circunstancias y a que se prefirió evacuar para no poner en riesgo un centenar de vidas, es "comprensible", señala el informe, que incluye 28 consejos a la Armada noruega para mejorar la seguridad a bordo de sus buques.
Así se menciona la falta de coordinación entre la Armada y Defensa sobre planes en situaciones de emergencia y se habla de que la formación de los tripulantes carecía de "elementos importantes".
La fragata, que volvía de participar en unas maniobras de la OTAN, chocó la madrugada del 8 de noviembre con un petrolero en una terminal cerca de Bergen (oeste), en un accidente con ocho heridos leves que obligó a detener las operaciones petroleras en la zona.
Un informe difundido en noviembre de 2019 concluyó a que el accidente se debió a factores organizativos, operativos, técnicos y sistémicos del buque, el carguero y la central de tráfico marítimo.
La fragata fue reflotada tras una compleja operación con un coste de 770 millones de coronas (79,6 millones de euros), pero se envió finalmente a desguace por el alto precio de reparación.
La Justicia noruega celebrará en febrero un juicio en el que el Estado y la naviera dueña del carguero se han denunciado mutuamente para determinar la responsabilidad de los daños.