Bruselas, 23 feb (.).- La Unión Europea y el Reino Unido no lograron cerrar este jueves un acuerdo sobre la aplicación del Protocolo para Irlanda del Norte pactado en el marco del brexit durante la reunión en Bruselas del vicepresidente comunitario Maros Sefcovic con el ministro británico para Irlanda del Norte, Chris Heaton-Harris.
"Seguimos dialogando sobre los asuntos pendientes relacionados con el Protocolo, luchando por soluciones conjuntas en interés de todas las comunidades de Irlanda del Norte y la protección del Acuerdo del Viernes Santo (Belfast)", escribió Sefcovic en Twitter (NYSE:TWTR) tras el encuentro.
Por su parte, el ministro británico subrayó por esta misma vía que "continúa el trabajo intensivo" tras otra "constructiva" reunión entre Londres y Bruselas.
El encuentro estuvo precedido de una reunión por videoconferencia la semana pasada entre Sefcovic, Heaton-Harris y el ministro británico de Exteriores, James Cleverly, así como de un encuentro entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico, Rishi Sunak, en los márgenes de la Conferencia de Seguridad de Munich.
El vicepresidente comunitario ha destacado en sus últimas comparecencias que ha habido "buen progreso" en las negociaciones más recientes con Reino Unido y que ambas partes no van a "escatimar esfuerzos" para encontrar una solución, un tono algo más positivo que el de rondas pasadas y que es compartido por la República de Irlanda.
El secretario de Estado irlandés de Asuntos Europeos, Peter Burke, señaló la semana pasada que hay una "ventana de oportunidad muy estrecha" y confió en que se logrará un acuerdo "en los próximos días o semanas" y, en cualquier caso, antes del aniversario de los Acuerdos del Viernes Santo que se celebra el 10 de abril.
El protocolo establece que Irlanda del Norte sigue vinculada al mercado único comunitario para bienes, por lo que las mercancías que cruzan entre la isla de Gran Bretaña y ese territorio británico han de pasar controles aduaneros para asegurar que la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda (miembro de la UE) puede seguir abierta.
Sin embargo, su aplicación ha generado tensiones políticas, en particular por el rechazo de la comunidad unionista, y quejas por la carga burocrática que conlleva, de modo que Londres y Bruselas negocian desde hace meses modificaciones que faciliten la implementación del protocolo.
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