Pekín, 23 feb (.).- China manifestó su preocupación por las recientes medidas impulsadas por Japón para controlar las exportaciones de semiconductores y reclamó un entorno empresarial “justo y predecible”, informó hoy el diario hongkonés South China Morning Post.
El Ministerio chino de Comercio especificó en un comunicado que espera que Japón cumpla con la normativa internacional y ofrezca a las empresas un entorno comercial “justo, no discriminatorio y predecible” en aras de salvaguardar la cooperación económica entre ambos.
El pasado enero Japón acordó junto con los Países Bajos sumarse a las restricciones de exportaciones contra el sector de los microchips de China anunciadas por el Gobierno de EE.UU. en octubre.
Con el acuerdo, Tokio y La Haya impedirán que Nikon Corp. y ASML Holding (AS:ASML) NV, gigantes del sector, vendan a Pekín materiales como sus máquinas de litografía ultravioleta profunda.
La publicación del ministerio llega tras la reunión por videoconferencia este miércoles del ministro adjunto de Comercio de China, Li Fei, con funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón, dirigidos por el viceministro, Keiichi Ono.
Ambas partes departieron sobre la situación macroeconómica, las cadenas de suministro de la industria, el comercio y la inversión y la posible cooperación en los sectores de tecnología verde y atención médica.
También “intercambiaron puntos de vista” de cara a prepararse para un diálogo económico de alto nivel entre los dos países.
El último diálogo de este tipo entre las dos naciones tuvo lugar en 2019 antes de la pandemia de la covid-19, y se celebra a la par que las primeras reuniones bilaterales de seguridad en tres años.
Durante el parón por la pandemia, las relaciones en Pekín y Tokio se han deteriorado por las disputas territoriales e históricas entre ambos países, además de por la reciente crisis de Taiwán.
Tokio reveló a mediados de mes que entre 2019 y 2021 detectó tres objetos voladores no identificados sobre su territorio que sospecha que pudieron ser globos espías chinos como el derribado por Estados Unidos a principios de febrero, incidentes por los que pidió explicaciones a Pekín, que a su vez negó ser responsable de esas incursiones.