Por Emma Rumney y Sinead Cruise
LONDRES (Reuters) - Paul Pester, el primer ejecutivo de TSB Bank, ha aceptado dejar su cargo al frente de la filial británica de Sabadell (MC:SABE) tras meses de presión después de un fallido proyecto informático que ha costado al grupo más de 200 millones de euros.
Pester dirigió la entidad crediticia durante siete años, pero ha recibido numerosas críticas por su papel en la implementación del sistema tecnológico de la matriz, durante la cual se han registrado fallos que han afectado a 1,9 millones de clientes digitales.
Richard Meddings, actual presidente no ejecutivo de TSB, asumirá el cargo de presidente ejecutivo con efecto inmediato mientras el banco busca un nuevo dirigente.
El anuncio de TSB llegó un día después de que los clientes de banca online y móvil tuvieran dificultades para acceder a sus fondos, un nuevo capítulo de una serie de fallos que comenzó cuando la entidad trató de migrar a los usuarios a una nueva plataforma informática en abril. La crisis inicial duró semanas e impidió a algunos clientes efectuar pagos.
Meddings dijo que Pester y el consejo de TSB tomaron la decisión sobre su futuro de manera conjunta, y que no implicaba que le responsabilizaran de la crisis.
"No es el chivo expiatorio... Es un acuerdo mutuo dentro del consejo", dijo a periodistas en una conferencia.
Sabadell ha situado en más de 200 millones de euros hasta el momento el coste de la crisis, que ha dañado la reputación de TSB en un momento en que trataba de ganar cuota de mercado en el negocio de banca para empresas.
Meddings dijo que el banco tenía buenos candidatos internos para sustituir a Pester pero también mirará fuera, en un proceso que podría llevar meses.
PERSISTEN LOS PROBLEMAS
El banco recuperó un buen nivel de servicios online, pero aún no estaba ofreciendo todos sus productos a través de banca digital y ha tenido demasiados interrupciones como el de esta semana en su sistema informático, según Meddings.
Los problemas de TSB comenzaron cuando trató de migrar desde una plataforma electrónica propiedad de su antigua matriz Lloyds Banking Group (LON:LLOY) a una de Sabadell, que compró TSB en 2015.
El proceso dejó a miles de clientes sin acceso a sus cuentas durante periodos prolongados, al tiempo que se produjo un aumento en los fraudes y los empleados del banco tenían dificultades para utilizar el sistema.
Pester, que fue alabado por la gestión de TSB tras salir del grupo Lloyds, fue criticado por su respuesta durante la crisis.
Nicky Morgan, presidenta de la comisión parlamentaria del Tesoro que en junio dijo que habían perdido la confianza en Pester, dijo que la decisión de abandonar el cargo era la correcta.
"Paul Pester marcó el paso en las autocomplacientes y confusas comunicaciones públicas que se hicieron", dijo en un comunicado, a lo que añadió que la comisión sigue preocupada por los actuales problemas en TSB, incluyendo el retraso en compensar a los clientes.
Una fuente con conocimiento del proceso dijo a Reuters que Pester habría abandonado el banco en cualquier caso, pero que la crisis informática aceleró la salida.
Pester está ahora en prejubilación y recibirá 1,2 millones de libras por el periodo de preaviso de 12 meses, así como una compensación de 480.000 libras fijada antes de la compra por Sabadell.
Su paga variable se congelará, sujeta a la consecución de objetivos y a las investigaciones regulatorias e independientes sobre los problemas informáticos. Ya había renunciado anteriormente a su bonificación de este año.
Los reguladores británicos han lanzado una investigación del apagón informático, y TSB ha encargado a la firma Slaughter & May que elabore un informe sobre lo que fue mal.
(Información de Sinead Cruise, editado por Maiya Keidan, traducido por Sabela Ojea Guix en la redacción de Madrid)