París, 9 mar (EFE).- La Asamblea Nacional francesa aprobó hoy, por 250 votos a favor, 26 en contra y 278 abstenciones, el proyecto de ley del Gobierno que flexibilizará el mercado laboral para que las empresas puedan adaptarse más rápido a los altibajos en su actividad.
La aprobación del texto, que introduce una serie de garantías a los trabajadores, resultado de un acuerdo entre la patronal y una parte de los grandes sindicatos, fue contestado desde fuera del edificio por representantes de otros sindicatos que se oponen.
Votaron a favor el Partido Socialista (PS, en el Gobierno), además de la mayoría de los diputados radicales de izquierdas y se abstuvieron los conservadores en la oposición de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), así como los ecologistas.
El Gobierno francés considera que con la flexibilidad incluida en este proyecto de ley, que franquea de este modo su primer trámite parlamentario, se permitirá a las empresas que puedan "anticipar" cuando atraviesan un momento de debilidad para "evitar que la única solución sean los planes sociales" y los despidos.
Los artículos del texto transcriben lo consensuado el pasado 11 de enero entre el Movimiento de Empresas de Francia (MEDEF) y las tres centrales firmantes (CFDT, CFTC y CGC), y el Gobierno lo defiende por ser "un acuerdo para el empleo, de protección del empleo".
Los otros sindicatos más importantes del país, la Confederación General del Trabajo (CGT, primera central por representatividad en Francia) y Fuerza Obrera (FO), denuncian un dispositivo desequilibrado que debilita a los asalariados, el valor de los contratos laborales y de los convenios colectivos.
Unos de los principales elementos de la reforma son los "acuerdos de mantenimiento del empleo", a los que las empresas podrán recurrir cuando se den "graves dificultades coyunturales" y les permitirán negociar a la baja el tiempo de trabajo y/o los salarios.
Esos acuerdos, que tendrán una duración máxima de dos años, habrán de ser validados por una mayoría de los representantes sindicales de las compañías concernidas y los trabajadores que los rechacen se expondrán a un despido por motivos económicos.
También podrán ser despedidos en las mismas condiciones los que no acepten la movilidad interna que se haya negociado para evitar un plan de reestructuración.
Los empresarios verán reducidos los procedimientos y los plazos para llevar a cabo recortes de plantillas, pero en contrapartida se verán penalizados si recurren a contratos temporales de menos de tres meses (con aumentos en las cotizaciones sociales), con la excepción de los temporeros o las sustituciones.
Se impedirá que en un contrato a tiempo parcial se impongan menos de 24 horas semanales salvo para jóvenes estudiantes o empleadas del hogar.
Otras mejoras para los trabajadores son que de aquí a 2016 se generalizarán el seguro sanitario complementario (que ahora no es obligatorio en las pymes), la conservación de los derechos acumulados al subsidio de paro si se encuentra un empleo o la creación de un derecho a formación personalizada para los parados.
En las empresas de más de 5.000 empleados en Francia (o con más de 10.000 en todo el mundo), los consejos de administración tendrán que incorporar representantes de los empleados con voto.
El presidente francés, François Hollande, se ha comprometido a invertir de aquí a finales de año la curva del paro, que lleva creciendo 22 meses seguidos con casi 3,2 millones de personas inscritas en las oficinas de desempleo a finales de febrero y una tasa de paro del 10,5 % al terminar 2012. EFE