Bruselas, 16 may (.).- El aeropuerto de Bruselas presentó pérdidas de 90 millones de euros en 2016, un ejercicio marcado por los atentados suicidas de marzo de ese año que condicionaron los resultados financieros publicados hoy por la empresa.
El director ejecutivo del aeropuerto de Bruselas, en la vecina localidad de Zaventem, Arnaud Feist, admitió que además del "aspecto dramático a nivel humano" que supusieron las dos explosiones, el balance de 2016 también ha sido "considerable" en lo económico.
"Se han calculado unas pérdidas de unos 90 millones de euros, que incluyen la destrucción del 'hall' de salidas, los gastos a niveles operacionales y la pérdida de ganancias", afirmó Feist, aunque destacó que "alrededor de la mitad" de esa cantidad ha sido "cubierta" por las compañías de seguros.
Además, el director ejecutivo resaltó que el número de pasajeros "bajó notablemente" después de los atentados, lo que provocó que durante seis meses estuviera a un nivel "inferior de lo habitual".
No obstante, la "buena noticia" es que desde noviembre de 2016 la situación "se ha recuperado" y los pasajeros "han vuelto en masa" al aeropuerto de Zaventem, según informó la empresa.
"Mes tras mes alcanzamos nuevos récords y calculamos que para 2017 alcanzaremos un nuevo récord histórico de más de 24 millones de pasajeros", pronosticó Feist durante la conferencia de prensa.
De esa manera, dos nuevas aerolíneas operan en el aeropuerto de Zaventem desde este año y se han incorporado doce nuevos destinos.
Según las cifras publicadas por el aeropuerto, los vuelos anuales cayeron un 31 % en 2016 con respecto al año 2000, mientras que la evolución de los pasajeros disminuyó un 7 % con respecto a 2015.
El 22 de marzo de 2016, el aeropuerto Zaventem de Bruselas fue uno de los objetivos de los terroristas y acabó fuertemente dañado por dos explosiones en un ataque suicida que sacudió la terminal de salidas y que causó 16 muertos y 150 heridos.
Como consecuencia, los daños materiales fueron "significativos" dentro del edificio y todos los empleados del aeropuerto sufrieron un gran "impacto emocional".
Tras estos sucesos, el aeropuerto de Zaventem invirtió en nuevas medidas de seguridad como la contratación extra de personal, el uso de nuevas tecnologías y renovación de las infraestructuras de acceso, además de las propias reparaciones de los daños causados por las explosiones.