Madrid, 16 dic (.).- El precio del cobre aumentará en los próximos años como consecuencia del impulso de la transición energética, especialmente por la elevada penetración que tendrá el vehículo eléctrico y la apuesta a nivel mundial por las renovables, según un informe del banco suizo Julius Baer (SIX:BAER).
En este sentido, el cobre, un metal que desempeña un papel clave para el desarrollo del vehículo eléctrico, tanto por su uso en la fabricación de baterías y motores como en los equipos de carga y su conexión a la red eléctrica, podría superar la barrera de los 10.000 dólares por tonelada en el largo plazo.
La cotización actual del cobre ronda los 8.300 dólares por tonelada, cerca de un 14 % menos que hace un año, cuando alcanzaba los 9.600 dólares.
Durante 2022, la cotización del cobra alcanzó su techo el pasado 7 de marzo, con 10.845 dólares, mientras que su nivel más bajo se registró el 15 de julio, cuando se pagaba a 6.955 dólares.
De cara a los próximos años, el incremento en el precio del cobre se producirá debido a la previsión de que la oferta sea "estructuralmente inferior" a la demanda hasta mediados de la década de 2030.
Según explica el banco suizo, la demanda de cobre en las próximas dos décadas vendrá determinada por dos factores: la transición energética -liderada por el vehículo eléctrico y las renovables-, y el mercado chino, donde se frenará la demanda de este metal por la ralentización de la urbanización, al haber llegado a "un punto de inflexión en términos demográficos, económicos y políticos".
Sobre el primero de los factores, Julius Baer estima que el 85 % de todos los coches que se vendan en 2040 serán eléctricos, que necesitan hasta 35 kilogramos más de cobre que los vehículos convencionales, lo que empujará al sector a consumir más de cuatro millones de toneladas de este metal en 2040, frente a los 0,5 millones actuales.
Así, la cuota de la transición energética en la demanda mundial de cobre pasará del 7,5 % actual a concentrar cerca del 20 % en 2040.