Madrid, 3 feb (.).- El consumo de cemento en España rozó los 14,9 millones de toneladas en 2021, lo que supone un 11 % más que en 2020 y un 1,4 % de incremento sobre el consumo en 2019 (14,7 millones de toneladas), ha comunicado este jueves la Agrupación de fabricantes de cemento, Oficemen.
Las toneladas de cemento consumidas el año pasado suponen el mejor registro de la última década, subraya la agrupación cementera.
Las previsiones para este año anunciadas por Oficemen apuntan a un incremento en el consumo cercano al 5 % en relación con los datos de cierre de 2021.
El consumo de este material, según el presidente de Oficemen, José Manuel Cascajero, ha seguido una "tendencia positiva" durante el año pasado y ha opinado que, para 2022, podrá alcanzar una "convergencia para llegar a niveles naturales de producción y consumo".
Los motivos fundamentales del incremento del consumo en 2021 han residido, según sus datos, en el aumento de la obra pública, que ha sido el destino del 50 % del cemento producido y con lo que recupera su tradicional liderazgo en el "mix" que había perdido en los dos últimos ejercicios.
La vivienda en 2021 ha sido el destino del 32 % del material, en tanto que la edificación no residencial absorbió el 14 % de la producción y la reforma, el 4 % restante.
Cascajero ha admitido sobre las licitaciones de obra civil que han crecido a un ritmo del 77,5 %, aunque ha puntualizado que el sector venía de una "base muy baja" en 2020.
En cuanto a la vivienda, los visados hasta noviembre (año móvil) ascendieron a 106.000 unidades, un 25,8 % más que en 2020, y este año la previsión es que se liciten en torno a 108.000 viviendas "que darán continuidad a la recuperación gradual" de la actividad, agrega el directivo.
Oficemen ha insistido en su confianza en que los recursos procedentes de la UE hacia los fondos de resiliencia "influyan positivamente" en la inversión pública como en las obras de rehabilitación de edificios.
La patronal ha hecho hincapié en los elevados costes energéticos y su incidencia en la industria y la producción del cemento.
Para el directivo de Oficemen esta cuestión "ha mermado la rentabilidad de la industria, a lo que se añade el incremento de las importaciones, por lo que estamos muy preocupados si no se consigue mitigar estos impactos".
El coste eléctrico supone, según los datos de la patronal, el 54 % de los costes variables de producción de cemento, lo que provoca, añade, un aumento superior al 25 % en los costes totales de producción.
En relación con las exportaciones de cemento, crecieron un 10,2 % en 2021 hasta 6,7 millones de toneladas, con un aumento de los pedidos desde Francia, Portugal, Países Bajos y Reino Unido, además del incremento "relevante" de las peticiones desde Estados Unidos.
No obstante, Oficemen ha alertado de la pérdida de competitividad por el crecimiento de las importaciones de países extracomunitarios, como Turquía, Argelia o Egipto.
La agrupación cree "necesario" instar a Bruselas a la implantación de un sistema de ajuste de frontera, relacionado con las emisiones de carbono y que iguale los costes de CO2 al de los proveedores de cemento extracomunitarios.
Las importaciones aumentaron en 2021 un 27,4 %, hasta 1,14 millones de toneladas, y las de "clinker" (cemento en grano), se incrementaron un 107,3 % en comparación con 2020, hasta rebasar el medio millón de toneladas.
La industria cementera ha planteado como retos a futuro la neutralidad climática, la digitalización y la economía circular que recupere material y los residuos, para lo que subraya la necesidad de inversiones.
En materia de regulación, Oficemen ha hecho referencia también a la entrada en vigor desde el pasado 10 de noviembre del nuevo Código Estructural (ICES), que ha calificado de ambicioso a nivel europeo y que garantiza la fiabilidad y la calidad de las construcciones.