Barcelona, 20 mar (.).- El abogado y emprendedor Josep Coll llegó a la cima del éxito empresarial con Red Points, compañía tecnológica que vendió en 2018, tras cerca de una década de trabajo no exenta de trabas y fracasos, y se propone ahora repetir esta hazaña con su nueva startup, RepScan, que aspira a convertir en un "unicornio".
"Nos motiva la idea de ser el mismo equipo de emprendedores capaces de colocar dos empresas en el top 10, y seremos capaces de hacerlo porque estamos en nuestro mejor momento", asegura Coll en una entrevista con EFE.
Este abogado especializado en propiedad intelectual, de 49 años, fundó en 2009 Red Points, una de las LegalTech más importantes de Europa, dedicada a la detección y eliminación de contenido ilegal en Internet, y una de las diez mejores startups españolas, con más de 200 empleados y oficinas en Nueva York.
Tras ganar diversos premios, cerrar cuantiosas rondas de financiación y situar la empresa en lo más alto, Coll vendió Red Points en junio de 2018 -hizo un 'exit', como se conoce en la jerga startup-, pasando de ser su presidente a un accionista minoritario más.
Este profesor de la Universidad de Girona habla de su experiencia como emprendedor en el libro "Cómo montar una startup de éxito con 3.000 euros al cuarto intento" (Seurat Ediciones), que pretende ser un manual de ayuda para todo aquel que quiera poner en marcha una empresa, pero "explicando más el fracaso que el éxito".
"He escrito este libro para inspirar y ayudar a otros emprendedores que se encuentren en una crisis a superarlo: en nuestro caso todos los errores nos llevaron al éxito", señala Coll, que si de algo sabe es de reponerse a las dificultades.
En un acto de sinceridad poco habitual, en el libro explica cómo el proyecto de Red Points estuvo hasta en tres ocasiones a punto de fracasar y cómo tuvo que empezar nuevamente de cero, tras quedarse literalmente en la ruina por una serie de errores, traiciones, abandonos, robos y "puñaladas traperas".
Coll vio cómo cuando la empresa empezaba a funcionar su desarrollador informático montaba su propia compañía y se llevaba el programa de software -"el motor del barco"- y a su primer inversor. Primera traición, pero no la única.
Un tiempo después, cuando Red Points volvía a despegar, otro desarrollador informático se cruzaba en el camino de Coll: en este caso le vació las cuentas y se llevó a su país el servidor metido en una maleta. Un día le llamó para exigirle dinero a cambio de recuperar el equipo.
Y aún vendría un tercer golpe, cuando Coll hizo socio de Red Points a un abogado, al que regaló acciones a cambio de nada. Cuando vio que las cosas con dicho socio no iban bien y quiso recuperarlas, necesitaba un dinero que no tenía, por lo que para recomprar la empresa tuvo que pedir la herencia en vida.
Contra todo pronóstico, Red Points entró en el cuarto 'round' y, esta vez sí, logró hacer "la cima de un 8.000". Y es ahí cuando los inversores de la empresa decidieron comprarla y Josep Coll tuvo que ceder el mando a un nuevo equipo directivo.
Reconoce que fue una decisión difícil, pero recuerda que "dejarlo a tiempo es una victoria" y más aún "dejarlo en lo más alto para volver a empezar". "Los emprendedores somos constructores de motos, construimos motos para que otros las conduzcan", apunta.
La cuestión es si después de tanto esfuerzo y tantos problemas quedan ganas de volver a comenzar una aventura empresarial... La respuesta, en su caso, es sí. Josep Coll, acompañado de su equipo de confianza en Red Points, lo ha vuelto a hacer, ha vuelto a emprender, se ha vuelto a meter en lo que él llama "Jurassic Startup Park".
Su nuevo proyecto ya es una realidad: se llama RepScan y es una empresa que detecta y borra de manera rápida y legal contenidos negativos de Internet.
"Vamos a crear la empresa número uno en gestión de reputación negativa", explica Coll, que se ha fijado el reto de situar a RepScan en el top 10 de startups estatales, como hizo antes con Red Points.
La compañía arrancó en enero de 2021, en plena tercera ola de la pandemia de coronavirus, y "va como un tiro", sostiene Coll. La firma ya ha cerrado una primera ronda de inversión de 1,2 millones de euros y prevé abrir una segunda el próximo año.
"Creemos que lo tiene todo -afirma Coll- para poder ser un unicornio", es decir, una empresa emergente capaz de alcanzar una valoración de 1.000 millones de dólares. El sueño de todo emprendedor.
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