Londres, 13 jun (EFE).- El Gobierno británico negó hoy que el ministro de Economía, George Osborne, forzara la marcha del Royal Bank of Scotland (RBS) del consejero delegado Stephen Hester, a fin de acelerar la privatización del banco.
En una comparecencia ante la Cámara de los Comunes, el secretario de Estado del Tesoro, el conservador Sajid Javid, aseguró que la decisión de sustituir a Hester fue tomada por el Consejo de Administración de la entidad.
Osborne "no se reunió directamente con Hester antes del anuncio de su marcha", hecho ayer por el RBS, aunque sí fue informado hace unos días de la decisión de reemplazarle, que se tomó "de forma pactada con el interesado", explicó Javid.
"Esto era lo que cabía esperar dado que el contribuyente es el principal accionista" de la institución, puntualizó.
Un portavoz del primer ministro, David Cameron, admitió por su parte que el Ejecutivo, que posee un 81 % del banco tras su rescate parcial en 2008, participó en las negociaciones del Consejo del RBS a través de la sociedad UKFI, mediante la cual se gestionan las acciones estatales en los bancos rescatados.
"UKFI estuvo involucrado en las negociaciones de la manera que es de esperar" por ser el Estado accionista mayoritario, señaló el portavoz.
Javid compareció en los Comunes para responder a la pregunta de un diputado laborista que quería saber si "Stephen Hester se fue voluntariamente (del Royal Bank of Scotland) o si fue empujado".
El banco de origen escocés anunció ayer inesperadamente la marcha en diciembre de Hester, encargado desde 2008 de una reestructuración de la institución que ha comportado 41.000 despidos.
El presidente del RBS, Philip Hampton, indicó en una conversación con periodistas que la determinación del Tesoro, dirigido por George Osborne, de acelerar en 2014 la privatización del banco "forzó la transición", es decir, la marcha de Hester.
Hester a su vez reconoció que le hubiera gustado quedarse para dirigir el traspaso a manos privadas pero dijo entender que el Consejo optara por otro líder para esta nueva fase.
El Gobierno británico ha manifestado públicamente su interés en privatizar cuanto antes la entidad, rescatada durante la crisis crediticia, pero asegura que no tiene un calendario.
Pese a anunciar el pasado febrero unas pérdidas de 5.971 millones de libras (unos 6.900 millones de euros) en 2012, el RBS mantiene que está en buen camino para empezar con su privatización.
Como parte del plan de saneamiento, dirigido por Hester, el banco tuvo que reducir su tamaño y minimizar su departamento de banca de inversión para concentrarse en la operación comercial.
El RBS anunció hoy otros 2.000 despidos en la rama de inversión, que elevan el total de puestos eliminados desde 2008 a esos 41.000.
Esto, junto con el anuncio de la sustitución de Hester, hizo que las acciones de la entidad se desplomaran hoy hasta un 6 % en la Bolsa de Londres, entre conjeturas sobre quién será el próximo encargado de dirigirla. EFE