París, 29 sep (.).- El Gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, se ha fijado de plazo el próximo invierno para la adopción parlamentaria de una ley de reforma de las pensiones que retrase la edad de jubilación, aunque antes de eso va a abrir un periodo de concertación.
El objetivo es "abrir esta serie de concertaciones antes de Navidad y adoptar un texto antes del final del invierno", explicó este jueves el ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, en una entrevista al canal LCI.
Dussopt se mostró convencido de que "los interlocutores sociales y las fuerzas políticas van a participar" en esas discusiones, aunque algunos sindicatos y la izquierda ya han manifestado su oposición total a la reforma y han previsto movilizaciones, como la que ha convocado este mismo jueves la Confederación General del Trabajo (CGT) con varias centrales minoritarias.
En las últimas semanas se había especulado con que Macron consideraba que no tenía sentido esperar más y que había que integrar la reforma durante la tramitación parlamentaria de los presupuestos de 2023, que va a comenzar a principios de octubre.
Sin embargo, algunos miembros destacados de la mayoría política que le apoya, y en particular el exministro François Bayrou, se manifestaron en favor de evitar un choque brusco que pudiera degenerar en protestas y lanzar para eso negociaciones.
Sobre el fondo, el ministro de Trabajo, que es quien va a dirigir las discusiones, reiteró que Macron "ha fijado una línea" que consiste en "un aumento progresivo de la edad de jubilación".
En concreto, se trataría de incrementar la edad mínima de jubilación en cuatro meses al año para pasar de los 62 años actualmente a 65 en 2031.
La justificación de ese retraso es el déficit del sistema de pensiones que se espera en los próximos años si no se modifican los parámetros de financiación.
Macron ha repetido, por activa y por pasiva, que no está dispuesto ni a bajar las pensiones (de hecho ha prometido aumentar las mínimas a 1.100 euros netos al mes, frente a los alrededor de 1.000 euros actualmente), ni a aumentar los impuestos, ni a dejar que la deuda pública crezca todavía más.
Es decir, que su solución para mantener un régimen de pensiones equilibrado en su financiación es "trabajar más" durante la vida.
Uno de los argumentos que él y su Gobierno utilizan frecuentemente es que con esta reforma Francia se acercaría a la situación que ya existe en la mayor parte de los otros países europeos, que también han retrasado la edad de jubilación hasta 65 años o incluso más.
En cuanto a la entrada en vigor de la reforma, Dussopt volvió a confirmar que se quiere que eso ocurra "desde el verano de 2023".