Lisboa, 12 mar (EFE).- El Gobierno portugués reconoció hoy que los recortes salariales a funcionarios y pensionistas públicos aprobados durante los últimos tres años sólo podrán ser aliviados a medida que el país recupere el crecimiento.
El primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, explicó en un foro económico celebrado en Lisboa que a pesar del carácter "transitorio" de la política de ajustes, ésta no finalizará cuando Portugal cierre su programa de asistencia financiera, en mayo, sino que deberá continuar para no volver a poner en riesgo las cuentas del Estado.
"Cuando hablamos de (recortes) permanentes, no queremos decir que los funcionarios no vayan a ver aumentados sus salarios durante el resto de sus vidas, sino que no podemos reponer automáticamente sus rendimientos al nivel que teníamos al inicio de la crisis para no reabrir nuestros problemas", detalló.
Passos Coelho recordó que el gasto social y los salarios públicos suponen "más de dos tercios" del gasto del Estado, por lo que sólo el crecimiento económico permitirá relajar los ajustes para no colocar en riesgo los objetivos de déficit acordados con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Portugal cerró 2013 con su déficit público en torno al 5 % del PIB, una cifra que debe rebajar hasta el 4 % en 2014 y el 2,5 % en 2015.
Las previsiones oficiales del Gobierno luso estiman ya para el actual ejercicio una mejora del producto interior bruto después de tres años consecutivos en recesión, aunque esta subida del PIB será por el momento ligera, de apenas un 0,8 %.
El primer ministro luso, líder a su vez del Partido Socialdemócrata (PSD, centro derecha), explicó que el propio Tribunal Constitucional avaló algunos de los recortes aprobados en estos años por su carácter "transitorio", pero precisó que este término no implica una duración exacta.
"Las medidas fueron presentadas como transitorias y siguen siéndolo, pero eso no significa que vayan a durar sólo un año, durarán lo que las circunstancias de disciplina presupuestaria exijan", insistió.
Las severas políticas de austeridad aplicadas en Portugal a instancias de la UE y el FMI a cambio de su rescate han sido fuertemente contestadas en el país, y tanto la oposición de izquierda como patronal, sindicatos y diferentes organizaciones sociales coinciden en reclamar un alivio de los ajustes.