Tokio, 30 dic (EFE).- La Bolsa de Tokio ha cerrado un año muy volátil, oscilando entre niveles récord alimentados por el persistente abaratamiento del yen y los sobresaltos que han deparado Grecia, China o la aguda caída del crudo, la cual continúa sembrando dudas de cara a 2016.
El índice Nikkei cerró hoy, última sesión del año, en 19.033,71 unidades, lo que supone un avance del 9,07 por ciento en todo 2015.
Se trata del mayor nivel al cierre del año desde 1996, al verse animado el parqué tokiota en este tramo final de 2015 por el optimismo en la Bolsa estadounidense tras la publicación de indicadores positivos sobre la primera economía mundial.
El culebrón que transcurrió entre las elecciones griegas del 25 de enero y el acuerdo alcanzado en agosto entre Atenas y el Eurogrupo para el tercer tramo del rescate del país mediterráneo tuvo al parqué nipón en vilo durante la primera mitad de 2015.
No obstante, y que pese a que los temores a la quiebra de Grecia o a su salida del euro depararon alguna que otra espantada en la plaza, el selectivo nipón logró recuperar los ansiados 20.000 puntos en abril a lomos del persistente abaratamiento del yen frente al dólar y los excelentes rendimientos corporativos que esto depara.
Al igual que en 2014, la caída del yen que genera la política monetaria expansiva de Japón actuó como un bálsamo para la Bolsa de Tokio, que acabó alcanzado niveles no vistos desde 1997 y encadenando su mejor racha ganadora (12 jornadas seguidas) desde 1988.
Para rematar esta primavera de récord, la primera sección del mercado tokiota superó en mayo el valor de capitalización -más de 4 billones de euros- que había logrado alcanzar en 1989, poco antes del histórico estallido de la burbuja de activos nipona.
Sin embargo, la buena tónica empezó a disiparse en julio, cuando los mercados financieros chinos comenzaron a experimentar las primeras sacudidas.
Así, la prolongada sangría veraniega en las bolsas de Shanghái y Shenzhen, unidas a la inquietud por la ralentización de la economía china, mellaron buena parte de los avances cosechados a lo largo del año.
Finalmente, el Nikkei ha acabado por cerrar el año en un ambiente de moderado fervor, alimentado en parte por eventos como la salida a bolsa en noviembre del gigante Japan Post, que supuso la mayor oferta pública inicial del año en todo el mundo.
Aunque la Reserva Federal estadounidense (Fed) ha apostado finalmente por mover ficha y los 20.000 puntos se le quedan a Tokio nuevamente a tiro, las previsiones de los expertos para 2016 son dispares, ya que persisten dudas en torno al precio del crudo y al rumbo que tomará el yen frente al dólar pese a la actual disparidad monetaria entre Japón y EEUU
Si acaso, los más optimistas predicen que el Nikkei podría alcanzar cotas tan altas como los 22.000 puntos, algo que no sucede desde 1996, en una tendencia alcista que podría durar hasta mayo.
Es en esa fecha cuando las empresas niponas presentan balances para la totalidad del ejercicio fiscal, al término del cual se esperan nuevamente buenos resultados.