Madrid, 22 nov (.).- Proveedores, constructoras, promotoras y gestoras del sector inmobiliario residencial afrontan el impacto de la inflación asumiendo la reducción de sus márgenes y, en ocasiones, elevando los precios finales, lo que redundará en la moderación de este mercado que prevén los expertos para 2023.
Diversas empresas de la cadena de producción de vivienda, como Daikin, ACR, Vía Ágora y Elix han puesto este martes de manifiesto que su situación mucho más saneada que en 2008 les está permitiendo afrontar esta crisis, aunque también que necesitan más colaboración y modificar sus modelos contractuales.
En un acto organizado por la ONG Wires, que agrupa a 400 directivas del sector, el consejero delegado del fabricante de equipos de climatización Daikin, Luis Mena, ha explicado que en 2021 "aguantaron" los precios, pero que en 2022 llevan ya tres subidas y ha culpado en buena parte a la tasa sobre el refrigerante en vigor desde el pasado 1 de septiembre, "que para los fabricantes es un coste en origen del 1 % o el 2 % que repercute al 5 % en el precio final", ha afirmado.
El CEO ha señalado que, en su caso, no ha habido cancelación de contratos por el incremento de costes, "pero sí no aceptar pedidos porque no puedes garantizar el suministro" y ha apuntado que la compañía está "empezando a considerar un límite de suministros o una cláusula de revisión de precios" en los contratos.
Guillermo Jiménez, director general del grupo constructor ACR, ha confirmado que los proveedores les están repercutiendo la subida de precios de los materiales, que en un año han crecido entre un 30 % y un 40 %, pero ha hecho hincapié en que "todos asumen pérdidas de margen", porque a cada uno le cuesta trasladar el incremento de costes a sus clientes.
Tras admitir que en su caso tampoco tiene ningún mecanismo contractual para hacerlo, ha explicado que lo que hacen es ir viendo medidas, contrato a contrato, para mitigar el impacto: "es casi una operación de cirugía en cada contrato para minimizar el impacto", ha dicho, y ha incidido en que "cada vez cuesta más cerrar un acuerdo entre promotor y contratista" y en que se enfrenta a "más problemas para cerrar nuevos proyectos que para terminar los ya contratados".
A su juicio, esto debería servir para apostar por modelos contractuales "colaborativos", en los que el promotores, diseñadores, contratistas y proveedores pueden llegar a compartir riesgos y beneficios; un cambio para el que la directora general de Vía Ágora, Patricia Hernández, ha opinado que no existe "punto de madurez" suficiente.
Hernández ha explicado que en determinadas localizaciones no son "capaces de cerrar contratos" con las constructoras, por lo que las últimas dos obras las han tenido que abordar con sus propios medios.
Ha indicado también que la mayoría de sus proveedores son empresas "saneadas" que les han respetado los precios para cuidar la relación y ha recordado su apuesta por la industrialización de al construcción para reducir plazos y costes.
Sobre el precio de las viviendas, ha apuntado que a los compradores de vivienda ya cerrada no les han repercutido el incremento de costes, pero que monitorizan las plazas donde operan "y si hay recorrido, se suben los precios".
La CEO de la gestora de fondos de inversión Elix, Teresa Marzo, ha constatado que la incertidumbre generalizda ha situado a los inversores institucionales, que vienen fundamentalmente de Alemania y EEUU, en un estado de "wait and see, es decir, de esperar y no meterse en inversiones hasta ver a qué límites se van a incrementar los tipos de interés".