Concepción M. Moreno
Buenos Aires, 24 ene (.).- El sindicalismo argentino prometió "seguir la lucha" contra las reformas y el ajuste del Gobierno del ultraliberal Javier Milei, en el marco de la primera huelga general desde mayo de 2019 que vive este miércoles el país suramericano.
La media jornada de paro general convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT), principal central obrera del país, de inspiración peronista, y secundado por otras fuerzas sindicales, partidos políticos, asociaciones civiles y organizaciones de derechos humanos, comenzó a las 12.00 horas (15.00 GMT) y concluirá esta medianoche (03.00 GMT del jueves).
La jornada se desarrolla sin altercados ni incidentes de magnitud, y el único punto conflictivo ha sido en la entrada sur a Buenos Aires desde la provincia homónima por el Puente Pueyrredón, donde una columna de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) intentó acceder a pie y fue retenida por agentes de la Prefectura.
El acto central de la jornada ha sido la movilización hacia la Plaza del Congreso, en Buenos Aires, una marcha simbólica en momentos en que el Legislativo debe debatir la 'ley ómnibus', proyecto estrella de Milei, que busca desregular la economía y reducir al mínimo la presencia del Estado, entre otras cuestiones.
Tanto la llegada al epicentro de la concentración como la salida de las distintas agrupaciones participantes se hicieron de manera ordenada y sin disturbios, en medio de un fuerte despliegue policial.
Allí, dos de los principales líderes sindicales, el secretario general de la CGT, Héctor Dáer, y el representante del gremio de Camioneros, Pablo Moyano, pronunciaron sendos discursos en los que prometieron que continuarán sus reivindicaciones contra el Gobierno que asumió el pasado 10 de diciembre: "No vamos a dar ni un paso atrás", dijo el primero.
"Vamos a seguir la lucha hasta que caiga el DNU (decreto de necesidad y urgencia) y rechacen la ley ómnibus", dijo Daer, en alusión al proyecto de ley de Milei para desregular la economía, reducir la presencia estatal y lograr el equilibrio fiscal, porque, dijo, "la justicia social no se entrega".
¿Paro general?
Pese a ser enero, mes de vacaciones del verano austral, el aspecto de las calles de Buenos Aires distaban mucho de ser un lugar en paro total.
Con muchos comercios abiertos, actividad en restaurantes y la circulación del transporte público -que parará entre las 19.00 horas (22.00 GMT) y la medianoche-, este miércoles se parecía a cualquier día tranquilo de verano.
Sí se detuvo el mundo de la cultura, uno de los más activos en las últimas semanas contra las políticas de Milei: librerías y teatros tenían sus puertas cerradas.
También se vio muy afectado el transporte aéreo, por la cancelación de 295 vuelos y reprogramación de otros 26 de Aerolíneas Argentinas, lo que, según fuentes oficiales, supondrá unas pérdidas de 2,5 millones de dólares.
A favor y en contra
La oposición política peronista y de izquierdas acompañó no sólo la convocatoria de paro general, sino también las movilizaciones que tuvieron lugar tanto en la capital como en otras ciudades del país.
Entre ellos, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, una de las principales caras visibles del peronismo, sobre todo después del fin del Gobierno de Alberto Fernández (2019-2023) y de la derrota electoral del ya exministro de Economía Sergio Massa; y el ex jefe de gabinete de Fernández Agustín Rossi.
También la excandidata presidencial de izquierda, Myriam Bregman, quien llamó a la oposición a "tener un plan de lucha".
Por parte del Ejecutivo, el portavoz presidencial, Manuel Adorni, calificó la huelga de "gran sinsentido, una complicación y una pérdida de dinero contra muchos argentinos".
"Va en contra de lo que quiere la mayoría: vivir en paz en un país donde se empiecen a hacer las cosas bien, entendiendo que es un momento sumamente complicado", aseguró en su conferencia de prensa diaria en la Casa Rosada (sede del Gobierno).
Milei trabajó en la Quinta de Olivos (residencia oficial), donde tenía previsto recibir a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para analizar los detalles del operativo desplegado.
La excandidata presidencial de la coalición Juntos por el Cambio (centroderecha) trató, en su cuenta de X, a los dirigentes que lideran la protesta de "sindicalistas mafiosos, gerentes de la pobreza, jueces cómplices y políticos corruptos", que están "defendiendo sus privilegios" y agregó: "No hay paro que nos detenga, no hay amenaza que nos amedrente".
La de este miércoles fue la primera huelga general que vive Argentina desde el 29 de mayo de 2019, durante el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), quien tuvo cinco contra su mandato, y después de que Fernández cerrase su gestión el 10 de diciembre sin ninguna.
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