París, 7 jun (.).- El ministro español de Migraciones, José Luis Escrivá, quiere que la reforma de la ley de extranjería, que contempla una regularización de inmigrantes irregulares, sea "lo antes posible", incluso este verano, e insiste en que corregirá una situación que presiona a la baja las condiciones laborales.
Escrivá, que hizo este martes unas declaraciones a la prensa española en París donde participa en una reunión ministerial de la OCDE, explicó que se tramitó en el Consejo de Ministros por el trámite de urgencia y ahora "lo tenemos que discutir con los agentes sociales".
"La colaboración con los agentes sociales -añadió- es fundamental. Este Gobierno tiene una trayectoria de acuerdos y de consensos con los agentes sociales extraordinaria y también tiene que ocurrir en este caso".
Preguntado sobre los plazos y sobre si está pensando en que esa reforma salga adelante este verano, respondió que "estamos intentando que sea lo antes posible, sí. Queremos ir rápidos porque vemos la necesidad".
De hecho, se refirió a que hay una demanda de trabajadores en sectores identificados, como construcción, conductores, agricultura o informática.
A la cuestión de por qué regularizar a inmigrantes sin papeles para que entren en el mercado laboral cuando hay españoles que no tienen empleo, respondió que lo primero a lo que se dedica el Gobierno es a conseguir que "los españoles tengan mejores condiciones de trabajo, mejores trabajos para los jóvenes. Esa es la prioridad absoluta".
"Pero eso es compatible con tener unas normas de extranjería más homologables con los países de nuestro entorno", explicó.
El ministro rechazó la idea de que la inmigración provoque una caída de las remuneraciones en ciertos sectores y que por eso no haya mano de obra española disponible.
"Esa es una forma inadecuada de ver lo que está pasando. Lo que está pasando, con períodos tan largos de irregularidad, a veces de hasta siete u ocho años, es que se genera una economía informal que presiona a la baja sobre las condiciones laborales y los salarios del sector. Eso es lo que verdaderamente está ocurriendo. Y eso es lo que queremos corregir. Justamente lo contrario de lo que se argumenta", insistió.
Escrivá recordó que, desde el principio de la legislatura, había avanzado su voluntad de revisar las normas de extranjería, porque "son muy antiguas y han quedado obsoletas".
En cualquier caso, repitió que su "prioridad" es "que los cuellos de botella que haya en el mercado español tenemos que conseguir que se cubran con españoles y con jóvenes españoles sobre todo, y ahí estamos completamente comprometidos".
Más allá del peso que tiene la mano de obra inmigrante en empleos de baja cualificación, el ministro hizo notar que también se tienen que modificar ciertas reglas que afectan a los inmigrantes titulados.
A ese respecto se refirió a los más de 50.000 estudiantes extranjeros que hay en España y a la "anomalía" que supone que, después de haber cursado esos estudios, "de formarlos y de invertir en ellos, no pueden trabajar".
Puso como ejemplo a los médicos, una profesión sobre la que hay una "carencia enorme" en España: "Imaginen ustedes lo que es la formación de un médico, lo que cuesta, y que después se tenga que ir fuera. Hay anomalías resultado de que las normas son muy antiguas. Estamos trabajando en modernizar este tipo de elementos".
Escrivá asiste en la sede de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a una reunión de ministros de Trabajo que aborda diferentes cuestiones como las enseñanzas de la crisis de la covid para el futuro, las consecuencias de la agresión rusa de Ucrania o la forma de crear empleos de mayor calidad.
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