Atenas, 29 abr (EFE).- La situación de la economía griega se ha deteriorado sensiblemente en los últimos meses, debido a la incertidumbre prolongada y la falta de acuerdo con los acreedores, destaca el informe de expertos de la oficina presupuestaria del Parlamento publicado hoy.
La fuerte caída de los depósitos, la vuelta a la recesión (tras un incremento del PIB del 0,8 % en 2014) y el aumento de los préstamos morosos son algunos de los factores que han conducido a ese deterioro económico.
Según datos del Banco de Grecia, en marzo el volumen de los depósitos en bancos griegos alcanzó 145.000 millones de euros, lo que supone 2.500 millones menos que el mes precedente.
Por ese motivo, los expertos piden con "urgencia" un acuerdo con las ahora llamadas "instituciones" (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional).
"La situación actual amenaza no solo a las empresas que están al borde de la quiebra, sino también a las que durante los años de la crisis han resistido, no han reducido salarios, han pagado impuestos, y no han efectuado despidos. En breve amenazará a las empresas que están en buen estado de salud", destacan los redactores del informe.
Los expertos consideran que una salida de Grecia de la eurozona sería un "error histórico en un momento en que la política económica en la eurozona ha empezado a cambiar en una dirección favorable para el país".
Desde agosto pasado Grecia se financia por si misma y desde febrero pasado prácticamente solo a través del mecanismo de provisión de liquidez del Banco Central Europeo.
El BCE decidió hoy elevar en 1.400 millones de euros la cantidad de dinero que pueden pedir prestado los bancos a través de este mecanismo, con lo que el límite asciende a un total de 76.900 millones de euros.
Hasta ahora las entidades financieras griegas han utilizado 73.900 millones de euros, por lo que el margen de liquidez que les queda es de 3.000 millones.
El Gobierno no ha informado sobre su estado exacto de caja, pero sí ha reconocido que empieza a tener problemas de liquidez, lo que le llevó a promulgar un decreto ley que obliga a las entidades públicas a prestar al Estado sus reservas en efectivo.
El Ejecutivo de Alexis Tsipras espera recaudar con ellos hasta 3.000 millones de euros para poder con ellos hacer frente a los gastos inmediatos mientras cierra un acuerdo con sus socios que permita el desembolso de los 7.200 millones de euros pendientes del rescate.
En mayo, el país debe devolver dos tramos del préstamo del Fondo Monetario Internacional por un valor de casi 1.000 millones de euros.
Además debe hacer frente a los desembolsos mensuales de salarios y pensiones, sanidad y el gasto social de unos 2.800 millones de euros.