Madrid, 7 mar (.).- La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) prevé que el dinamismo que ha provocado la pandemia en el mercado de la vivienda continúe en 2022, con incrementos de precios de hasta el 6 %, a pesar del complicado contexto internacional, y considera que no hay indicios de burbuja.
Según Funcas, este atípico comportamiento del sector, más dinámico de lo esperado en un contexto como el actual -con la renta bruta disponible de los hogares afectada por el empleo y la inflación-, es el resultado de tendencias de fondo en la oferta y la demanda y no de la exuberancia de un mercado desconectado de la economía real o de las posibilidades financieras de los compradores.
Su informe señala que la demanda se ha visto impulsada por la evolución del ahorro de las familias, que aumentó en 75.000 millones de euros en total en el periodo 2020-2021, frente al sobrendeudamiento de la época de la burbuja.
Explica que también ha contribuido al crecimiento de la demanda de vivienda el contexto de abundante liquidez y bajos tipos de interés, que contrasta con la escasez de financiación durante la anterior crisis.
Así, el impacto en la demanda de esta política monetaria es doble: los particulares que compran vivienda propia tienen acceso a créditos hipotecarios en condiciones excepcionalmente favorables y los inversores que compran para alquilar consiguen una remuneración elevada en comparación con las alternativas disponibles.
Funcas subraya que también ha ayudado la buena marcha del empleo gracias al recurso de los ERTE.
En cuanto a la oferta, indica que ha tendido a reducirse debido a la parálisis del sector de la construcción durante el confinamiento y, posteriormente, como consecuencia de la aparición de cuellos de botella en la cadena de suministros.
"Esta situación de sobredemanda debería perdurar en los próximos meses, prolongándose la tendencia alcista que venía de la etapa de crecimiento precovid y los síntomas de aceleración en segmentos como el de vivienda nueva", afirma en un comunicado.
También destaca que los indicadores de esfuerzo en la compra de vivienda hoy día se sitúan todavía en torno a la media preburbuja de los 2.000 y que la carga financiera que supone la compra de vivienda supera ligeramente el 30 % de la renta disponible de los hogares, algo menos que en 2019 y significativamente por debajo de las cifras del periodo expansivo anterior a 2008.