General Motors Co. (NYSE:GM) y Ford Motor Co . (NYSE:NYSE:F) se preparan para enfrentar a los inversores al presentar sus resultados trimestrales, con el anuncio de GM programado para el martes y el de Ford la semana siguiente, el 28 de octubre. Los dos gigantes automotrices están bajo presión para demostrar que la fortaleza de precios de los vehículos de gasolina sigue siendo robusta y que las pérdidas en el segmento de vehículos eléctricos (VE) están disminuyendo.
La directora ejecutiva de GM, Mary Barra, afirmó recientemente que los márgenes de beneficio de los vehículos tradicionales de gasolina no han alcanzado su punto máximo y que las ventas de VE están en aumento. Las acciones de la compañía han experimentado un incremento de más de un tercio este año, tras dos aumentos en su pronóstico de ganancias anuales, impulsados por las sólidas ventas de modelos de gasolina.
En contraste, Ford ha enfrentado desafíos, incluyendo problemas de calidad y pérdidas sustanciales en su división de VE, contribuyendo a una caída del 8% en sus acciones este año. Analistas de Deutsche Bank han sugerido que Ford podría no cumplir con las expectativas del trimestre, particularmente debido a inventarios inflados.
El mercado en general ha expresado escepticismo sobre la disposición de los consumidores a mantener los pagos de camionetas y SUV a precios históricamente altos en medio del aumento de las tasas de interés y las incertidumbres económicas. Según el informe de octubre de Cox Automotive, el precio promedio de lista para vehículos nuevos aumentó un 2% respecto al mes anterior, alcanzando los 47.823 dólares, un modesto incremento del 1% interanual, lo que sugiere que los precios de los vehículos pueden haber alcanzado una meseta.
A medida que los consumidores cautelosos se retiran de las compras importantes, los fabricantes de automóviles se han visto obligados a reducir los precios de los vehículos, marcando un cambio respecto a los últimos años, cuando las limitaciones de la cadena de suministro permitían un mayor poder de fijación de precios.
Deutsche Bank Research señaló preocupaciones sobre el pico de precios e incertidumbres en torno a las estrategias de VE y la penetración en el mercado como posibles problemas a largo plazo para la industria. Además, las próximas elecciones de noviembre podrían afectar las políticas de VE, añadiendo otra capa de incertidumbre.
Tanto Ford como GM se han concentrado en producir modelos de gasolina con mayores márgenes, como la pickup Ford Maverick y el SUV compacto Chevrolet Trax de GM, en respuesta a una desaceleración en el crecimiento de las ventas de VE. Ford canceló su anticipado SUV eléctrico de tres filas en agosto debido a preocupaciones de rentabilidad, y GM ha moderado sus objetivos de producción de VE.
A pesar de estos desafíos, ambas automotrices de Detroit han capturado una cuota de mercado significativa de Stellantis (NYSE:STLA), que ha experimentado un rezago en las ventas en Norteamérica.
Los inversores y analistas también están ansiosos por escuchar los comentarios de las empresas sobre cómo el clima económico está influyendo en el comportamiento del consumidor. Jonathan Smoke, economista jefe de Cox Automotive, comentó que a pesar de un recorte de tasas mayor de lo esperado por parte de la Reserva Federal en septiembre, no ha habido una mejora significativa en las tasas de préstamos para automóviles ni en la asequibilidad general de los vehículos nuevos.
Para el tercer trimestre, los analistas estiman que los ingresos de GM crecerán alrededor del 1% hasta los 44.500 millones de dólares, con un beneficio por acción (BPA) previsto de 2,46 dólares. Mientras tanto, se espera que Ford vea un aumento de ingresos de alrededor del 2% hasta los 42.000 millones de dólares, con un BPA estimado de 0,48 dólares.
Reuters contribuyó a este artículo.
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