El lunes, Goldman Sachs ajustó su perspectiva sobre Cal-Maine Foods (NASDAQ: CALM), aumentando el precio objetivo de la acción a 47,00 dólares desde los 42,00 dólares anteriores, mientras que continúa aconsejando una calificación de Vender en la acción. La revisión se debe a que la empresa prevé que el aumento de los precios de los huevos y la disminución de los costes de los piensos repercutirán positivamente en los beneficios de la empresa para el tercer trimestre fiscal de 2024 (FY3Q24).
En preparación para el próximo informe de resultados de Cal-Maine Foods, Goldman Sachs ha revisado su estimación de beneficios por acción (BPA) para la empresa, elevándola a 2,90 dólares desde la estimación anterior de 1,39 dólares. Esta nueva estimación se sitúa significativamente por encima del consenso de Refinitiv de 1,61 $. El ajuste refleja las condiciones actuales del mercado, incluido el repunte de los precios de los huevos del que Cal-Maine Foods probablemente se beneficiará a corto plazo.
A pesar de las perspectivas positivas a corto plazo debidas al aumento de los precios de los huevos, Goldman Sachs se muestra prudente en cuanto a la sostenibilidad de estos beneficios excesivos. La firma señala que el mercado puede estar sobrevalorando las ganancias temporales vinculadas al brote de gripe aviar altamente patógena (IAAP), que no se espera que perduren a lo largo del ciclo económico.
El analista señala que las acciones de Cal-Maine Foods han subido aproximadamente un 32% desde que tocaron mínimos en octubre, un repunte atribuido a las perturbaciones de la oferta impulsadas por la IAAP y al aumento de la demanda minorista. Sin embargo, estos factores se consideran vientos de cola a corto plazo que no indican necesariamente un aumento sostenido de los beneficios.
La empresa de inversión también comenta el equilibrio riesgo/recompensa de Cal-Maine Foods, considerándolo desfavorable a los niveles actuales de valoración de la acción. La valoración implica una prima sobre los excedentes de tesorería de la empresa que supera lo que justifican su rentabilidad normalizada sobre el capital invertido (ROIC) y su rentabilidad sobre los recursos propios (ROE). A pesar del impulso de los beneficios a corto plazo, Goldman Sachs mantiene una postura prudente sobre la valoración de la acción a largo plazo.
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